Resumen y sinopsis de La tempestad de Juan Manuel de Prada
«Es difícil y obsceno soslayar la mirada de un hombre que se desangra hasta morir, pero más difícil aún es sostenerla e intentar zambullirse en el torbellino de pasiones confusas y secretos póstumos que se agolpa en sus retinas.» Así comienza esta novela. Para el lector que la aborde, también será difícil sustraerse a la prosa envolvente e hipnótica de su autor. Alejandro Ballesteros, joven profesor de arte, llega en mitad del invierno a Venecia, una ciudad arrasada por la nieve y las inundaciones, dispuesto a completar sus estudios sobre el misterioso cuadro del pintor renacentista Giorgione que da título a esta novela. En apenas cuatro días, Ballesteros es testigo del asesinato de un famoso falsificador de arte, se enamora de una mujer excepcional y conoce a personajes tenebrosos unidos por la clandestinidad del delito. Y todo ello en el marco de una ciudad donde la vida y el arte se confunden y donde nada es lo que parece. La tempestad es una novela de intriga y a la vez una reflexión sobre el arte entendido como religión del sentimiento, una novela sobre el imperio de los sentidos y la condena inaplazable de los recuerdos.
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Novela con una influencia indudable del folletín gótico y policial, que explota sin pudor todos los tópicos sobre Venecia como ciudad decadente y maldita. Un asesinato, un cuadro de enigmático significado, personajes llenos de secretos... y en medio, involucrado como quien no quiere la cosa, un timorato protagonista cuya experiencia veneciana cambiará sus ideas sobre el amor, la vida y el arte para siempre. El arte, lejos de ser una mera reproducción mecánica de la vida, es un reflejo de emociones tempestuosas, indeterminadas, una “religión del sentimiento” más allá de la razón... tal es la conclusión final. Juan Manuel de Prada consigue ser moderno siendo rancio, pomposo y anticuado, con un lenguaje literario plagado de filigranas, artificioso y sobrecargado (ralentizando incluso la acción), a lo cual se le añade un especial gusto por lo macabro y lo inquietante, por las atmósferas irrespirables y por los pequeños detalles incómodos. Novela, en definitiva, rabiosamente personal y carente de un público concreto, demasiado pedante para los amantes de la lectura “fácil” y demasiado intrascendente para quienes busquen “algo más”... pese a los defectos, es palpable el carácter insobornable del autor.
Los personajes son planos, el nacimiento y satisfacción de las pasiones amatorias del protagonista, infundados, el dolor de sus recuerdos, ridículo. El lenguaje es rebuscado y la trama carece de intriga, pero el talento del autor permite obviar esos inconvenientes. Se trata de una obra magnífica.
La tempestad (1997) es una obra detectivesca y la historia de un universitario español que llega a Venecia para estudiar el cuadro del Giorgione « La tempestad" y que descubre todo un tráfico turbio, una depravación ambiental al mismo tiempo que vive una historia de amor que lo marcará para siempre. El libro fue adaptado al cine en 2005 por el inglés Paul Tickell. Un libro entretenido y como cada vez con este autor, con un vocabulario exquisito.
Me gustó. Oscuro, bien escrito, muy bien ambientado... Un verdadero libro de misterio, más novela negra que thriller, ya que aunque nada más empezar tiene lugar la muerte que desencadenará la investigación, no estamos ante un asesino en serie ni un detective que le siga los pasos, ni ante una acción trepidante... pero sí ante una atmósfera envolvente y misteriosa muy bien retratada... No sé, conozco a quien no le ha gustado (tal vez esperasen otra cosa; ya digo, más... policíaca) pero no fue mi caso. No priman tanto el ritmo y la trama (que no es mala, ojo) como la manera en que está escrito, el vocabulario, la ambientación etc
Una obra interesante. La pedantería de Prada me ha vuelto a enganchar con este libro nada fácil de leer por el rebuscado lenguaje del autor.
La trama nos llega narrada en primera persona por su protagonista Alejandro Ballesteros, un aspirante a cátedra de historia del arte en alguna ciudad española. Su caprichoso catedrático le ha concedido la oportunidad de acudir a Venecia para ver en directo La tempestad de Giorgione y comentar sus hallazgos con Gilberto Gabetti, director de la galería de la Academia. Nada más llegar al albergue que lo debería hospedar durante su estancia escucha un disparo en un palacio cercano y es testigo de la muerte de un hombre.
A partir de ahí comienza una retahíla de sucesos, aparición de personajes, conversaciones, sospechas y, sobre todo, reflexiones del autor sobre el arte, sobre el amor, sobre Venecia, sobre la decadencia, sobre la corrupción y sobre mucho más, que dificulta seguir con un mínimo de intriga la narración pseudopolicíaca.
Muchas de las novelas que eligen Venecia como sede tienen algo en común: se enredan en torno a los canales, los puentes, las callejas, las iglesias y los palacios de esta singular ciudad, y despiertan el interés del lector por conocerla. Esta novela no es una excepción. El lenguaje es a veces un poco rebuscado, barroco, y el derrotismo del protagonista puede resultar hasta molesto.
Típico libro de encargo para el Premio Planeta. Se mezclan los elementos que suelen dar un best-seller pero con muy mal criterio. La trama es interesante, pero rápidamente se queda en nada, sólo en dar vueltas sobre lo mismo. Pero lo peor son los personajes que son muy poco creíbles y mal retratados. Sobre todo el protagonista que es un pedante narcisista que se las quiere dar de cínico y Don Juan (por lo que sabemos ahora del autor y tertuliano del TDT Party, se trata de un autorretrato). Me ha llamado la atención lo mal que pinta a la ciudad de Venecia.
Libro aburrido donde los haya.
No me ha gustado nada. El tema podría hacer estado muy bien , ya que hay misterio, arte y la ciudad de Venecia, pero para nada me ha gustado la forma en la que está escrito y la forma de desarrollar la trama. Me ha resultado muy pesado y muy repetitivo.
Lo leí hace mucho tiempo y tengo un buen recuerdo de él. Sé que me enganchó mucho aunque no lo recuerdo bien.