Un encuentro anhelado durante un largo año de adolescencia, las citas en terrazas veraniegas y cafés invernales, la sensación de que todo amor es verdadero y definitivo. También, por supuesto, los terribles efectos del desamor, tratados por el autor con una inteligencia sutilísima que nos ofrece una «historia ejemplar», es decir, novela a la vez que consuelo.
Ugo, el narrador, recorre parte de su historial amoroso con un humor y una mirada, casi, casi, inocentes (por su rotunda franqueza y por su capacidad de decir la verdad con una voz anclada en lo mejor de la infancia), y nos lleva de paisaje en paisaje: de Módena a Ferrara, o de un pequeño pueblo a un prado con vacas y caballos, para ofrecernos una verdadera teoría sobre el amor que sorprenderá a más de un lector, hará sonreír a muchos y traerá felicidad a casi todos.