Resumen y sinopsis de La vida imaginaria de Mara Torres
¿Qué pasa por tu cabeza cuando la persona que quieres se va? ¿Qué haces con tu vida cuando tienes que pensarla otra vez? ¿Te la inventas? El mundo de Nata se llena de preguntas cuando Beto la deja. Pero el tiempo no se detiene, y los episodios que Nata cuenta de su propia historia la van llevando hacia un lugar donde todo vuelve a ser posible.
Novedosa y contemporánea, esta novela tiene el nervio de un relato confesional, divertido y emocionante. Pero, por encima de todo, descubre a Fortunata Fortuna, un personaje fascinante que ha venido al mundo de la ficción para quedarse.
A caballo entre el desconcierto y la confusión más absolutas, La vida imaginaria se perfila como una novela solo comprensible para personas cuya locura esté tan presente y sea tan visible que todo el mundo sea capaz de apreciarla. Y es que, pese a que la editorial tiene el descaro de venderla como una simple historia de amor (¿o era desamor?) se les pasa decirte que la protagonista no es que sea peculiar, es que está directamente como una cabra montesa. Lo único bueno de esta historia, además de enseñarte comportamientos que NO debes imitar, es que es bastante corta y se lee en poco tiempo.
Mara Torres es la autora de este fracaso de novela. Finalista del Premio Planeta (¿Cómo no? ¡Otro bodrio relacionado con estos populares premios!) con esto, Torres despliega su ingenio para mostrarnos la escritora tan mediocre y espantosa que es. Y es que todo el libro resulta plano y superficial. Con un estilo de escritura tan burdo y simplón, que no sabes si carcajearte o echarte a llorar con la calidad de los autores relacionado con los Planeta, Torres es el paradigma de la simpleza. Para ello utiliza una prosa lenta, tediosa y horriblemente sencilla, un lenguaje funcional y unas descripciones tan básicas en lo material y tan nefastas en lo emocional que resultan hilarantes. Y luego están los personajes que son para darles de comer aparte. Nata, la protagonista de esta historia, es una mujer histérica con alguna enfermedad mental no diagnosticada o no tratada. Sus aseveraciones, sus estupideces y sus idas de olla acaban aburriendo al personal que no deja de cuestionarse por qué está leyendo este libro.
La vida imaginaria es una obra que nos narra cómo un enfermo mental padece el amor y, lo que es más doloroso, el desamor. Pero para clarificar un poco mejor, haré una somera sinopsis de la historia. Aquí seguimos las aventuras (desventuras, mejor) de Nata, una mujer joven que tiene una relación con Alberto. Es una relación madura y bien asentada. O eso piensa Nata que queda devastada cuando Berto se marcha. A partir de ahí, Nata navega por el dolor y procede a inventarse todo tipo de conversaciones, situaciones y personas con el objetivo de tratar de comprender por qué su amor ha terminado y como aprender a sobrevivir sin él. Entre medias, tenemos a los amigos, la familia, los compañeros y Mauro, un colega de trabajo que de repente pasa a convertirse en algo más... o puede que no. Y hasta aquí puedo desvelar. Pero apenas hayáis estado atentos, ya sabéis por dónde va esta historia. Nata sobrevive porque nadie se muere por nadie, pero sus fracasos y sus miedos aparecen ante ella pero no de manera metafórica como a cualquiera de nosotros en esa situación. En el caso de Nata son ensoñamientos y apariciones reales que ponen en peligro su cordura e integridad física. Al final todo parece como despertar de un sueño, o una pesadilla en este caso. El desenlace resulta vacío. No solo es abrupto, sino que deja bastantes cabos sueltos y la incertidumbre de saber qué habrás visto en esta historia para empezar a leerla y acabarla quedándote como estabas o incluso peor.
En definitiva, La vida imaginaria es una de esas novelas espantosas que de vez en cuando se cruzan en tu camino lector. Una trama insustancial, una protagonista patada de manual con menos carisma que un pañuelo usado y una novela que hubiera mejorado si la hubiera escrito un niño de 6 años (por lo menos tendría una excusa plausible para la horrible estructura del texto) convierten esta lectura en una tortura. Aconsejo a los valientes que se atrevan a navegar entre sus páginas que se anclen a la realidad de manera segura. Y es que tanta vida imaginaria y tanta tontería concentrada en un solo libro resulta perjudicial para la salud... mental.
Isab3LLa vida imaginaria8.5
Leyendo los comentarios me he quedado un poco sorprendida, pues a mí sí que me ha gustado esta novela. Se me ha hecho corta (además es muy corta) y me ha faltado un final más contundente, pero me ha gustado mucho. Es una mezcla de realidad y de imaginación muy bien lograda. Es el segundo libro que leo de Mara T. y los dos me han encantado. Su obra me parece novedosa y diferente, fresca y dinámica.
FranarenLa vida imaginaria3.5
Un libro que pasa y jamás recordarás. Lo bueno es que es corto y no te quitará mucho tiempo. Se echa de menos más narrativa, describir a los personajes, la ciudad, los lugares ...
SorgiLa vida imaginaria1
No entiendo cómo premiaron este libro. Malo de solemnidad. Libro soso, sin sustancia. En fin, malo de solemnidad
Silvia_47La vida imaginaria2.5
Simple. Aburrida. Anodina. Vacía. Fútil. Estúpida. Para pasar un rato prefiero ver un partido de criquet, que seguro es más divertido...
mamerto4La vida imaginaria3.5
Increíble que sea una obra finalista del premio Planeta. Algunas obras con premios menores de ayuntamientos y talleres literarios tienen mas calidad y oficio que ésta.
rosana_scLa vida imaginaria9.5
Perfecto. Una historia fácil, sin florituras y que nos podría pasar a cualquiera.
unitedLa vida imaginaria7
Fresco, diferente y entretenido. Muy logradas algunas reflexiones por su veracidad y lo bien descrito que estaba. Como contrapunto algún cliché de la mujer moderna a lo "Sexo en NY" que me ha parecido topicazo y que le restaba veracidad a la historia. Pero en general me parece un buen libro, original y atrevido por lo arriesgado. No todo tienen que ser obras maestras o temas tratados de manera muy profunda.
Chocolate con PasasLa vida imaginaria4
Un libro fácil de leer y a ratos hasta entretenido. Aun así, me pareció un libro de lo más simple, poco original, plagado de topicazos y con un lenguaje que pretende ser despreocupado e informal, pero que acaba siendo hasta infantil.
Decepcionante, y para nada merecedor de ser finalista del premio Planeta.
makoreLa vida imaginaria3
Un timo de lectura. Hacia tiempo que no leía algo tan malo.
A caballo entre el desconcierto y la confusión más absolutas, La vida imaginaria se perfila como una novela solo comprensible para personas cuya locura esté tan presente y sea tan visible que todo el mundo sea capaz de apreciarla. Y es que, pese a que la editorial tiene el descaro de venderla como una simple historia de amor (¿o era desamor?) se les pasa decirte que la protagonista no es que sea peculiar, es que está directamente como una cabra montesa. Lo único bueno de esta historia, además de enseñarte comportamientos que NO debes imitar, es que es bastante corta y se lee en poco tiempo.
Mara Torres es la autora de este fracaso de novela. Finalista del Premio Planeta (¿Cómo no? ¡Otro bodrio relacionado con estos populares premios!) con esto, Torres despliega su ingenio para mostrarnos la escritora tan mediocre y espantosa que es. Y es que todo el libro resulta plano y superficial. Con un estilo de escritura tan burdo y simplón, que no sabes si carcajearte o echarte a llorar con la calidad de los autores relacionado con los Planeta, Torres es el paradigma de la simpleza. Para ello utiliza una prosa lenta, tediosa y horriblemente sencilla, un lenguaje funcional y unas descripciones tan básicas en lo material y tan nefastas en lo emocional que resultan hilarantes. Y luego están los personajes que son para darles de comer aparte. Nata, la protagonista de esta historia, es una mujer histérica con alguna enfermedad mental no diagnosticada o no tratada. Sus aseveraciones, sus estupideces y sus idas de olla acaban aburriendo al personal que no deja de cuestionarse por qué está leyendo este libro.
La vida imaginaria es una obra que nos narra cómo un enfermo mental padece el amor y, lo que es más doloroso, el desamor. Pero para clarificar un poco mejor, haré una somera sinopsis de la historia. Aquí seguimos las aventuras (desventuras, mejor) de Nata, una mujer joven que tiene una relación con Alberto. Es una relación madura y bien asentada. O eso piensa Nata que queda devastada cuando Berto se marcha. A partir de ahí, Nata navega por el dolor y procede a inventarse todo tipo de conversaciones, situaciones y personas con el objetivo de tratar de comprender por qué su amor ha terminado y como aprender a sobrevivir sin él. Entre medias, tenemos a los amigos, la familia, los compañeros y Mauro, un colega de trabajo que de repente pasa a convertirse en algo más... o puede que no. Y hasta aquí puedo desvelar. Pero apenas hayáis estado atentos, ya sabéis por dónde va esta historia. Nata sobrevive porque nadie se muere por nadie, pero sus fracasos y sus miedos aparecen ante ella pero no de manera metafórica como a cualquiera de nosotros en esa situación. En el caso de Nata son ensoñamientos y apariciones reales que ponen en peligro su cordura e integridad física. Al final todo parece como despertar de un sueño, o una pesadilla en este caso. El desenlace resulta vacío. No solo es abrupto, sino que deja bastantes cabos sueltos y la incertidumbre de saber qué habrás visto en esta historia para empezar a leerla y acabarla quedándote como estabas o incluso peor.
En definitiva, La vida imaginaria es una de esas novelas espantosas que de vez en cuando se cruzan en tu camino lector. Una trama insustancial, una protagonista patada de manual con menos carisma que un pañuelo usado y una novela que hubiera mejorado si la hubiera escrito un niño de 6 años (por lo menos tendría una excusa plausible para la horrible estructura del texto) convierten esta lectura en una tortura. Aconsejo a los valientes que se atrevan a navegar entre sus páginas que se anclen a la realidad de manera segura. Y es que tanta vida imaginaria y tanta tontería concentrada en un solo libro resulta perjudicial para la salud... mental.
Leyendo los comentarios me he quedado un poco sorprendida, pues a mí sí que me ha gustado esta novela. Se me ha hecho corta (además es muy corta) y me ha faltado un final más contundente, pero me ha gustado mucho. Es una mezcla de realidad y de imaginación muy bien lograda. Es el segundo libro que leo de Mara T. y los dos me han encantado. Su obra me parece novedosa y diferente, fresca y dinámica.
Un libro que pasa y jamás recordarás. Lo bueno es que es corto y no te quitará mucho tiempo. Se echa de menos más narrativa, describir a los personajes, la ciudad, los lugares ...
No entiendo cómo premiaron este libro. Malo de solemnidad. Libro soso, sin sustancia. En fin, malo de solemnidad
Simple. Aburrida. Anodina. Vacía. Fútil. Estúpida. Para pasar un rato prefiero ver un partido de criquet, que seguro es más divertido...
Increíble que sea una obra finalista del premio Planeta. Algunas obras con premios menores de ayuntamientos y talleres literarios tienen mas calidad y oficio que ésta.
Perfecto. Una historia fácil, sin florituras y que nos podría pasar a cualquiera.
Fresco, diferente y entretenido. Muy logradas algunas reflexiones por su veracidad y lo bien descrito que estaba. Como contrapunto algún cliché de la mujer moderna a lo "Sexo en NY" que me ha parecido topicazo y que le restaba veracidad a la historia. Pero en general me parece un buen libro, original y atrevido por lo arriesgado. No todo tienen que ser obras maestras o temas tratados de manera muy profunda.
Un libro fácil de leer y a ratos hasta entretenido. Aun así, me pareció un libro de lo más simple, poco original, plagado de topicazos y con un lenguaje que pretende ser despreocupado e informal, pero que acaba siendo hasta infantil.
Decepcionante, y para nada merecedor de ser finalista del premio Planeta.
Un timo de lectura. Hacia tiempo que no leía algo tan malo.