Resumen y sinopsis de Memorias de mi odio I. Raíces amargas de José Vicente Ortuño
Raíces Amargas, un libro escrito con pasión y atropello, tiene la virtud de presentarnos a Francisco Pérez como un personaje casi de novela de espionaje. Luego su alumno y amigo Antonio Martínez Sarrión lo fijó para siempre en los dos lugares que ya no se comprenden sin su presencia, el instituto Bachiller Sabuco y la tertulia literaria del café Milán. En Una juventud dice Sarrión que, últimamente, cada vez que le presentaba a alguien, Francisco Pérez advertía al nuevo conocido con desconcertante seriedad: «Le tengo que confesar antes que nada, y sin tapujos ni rodeos, que está usted departiendo con el último estalinista».«Gracias, don Francisco. Gracias otra vez». Las palabras están dirigidas a Francisco Pérez. El que las pronuncia es José Vicente Ortuño en su libro de memorias Raíces Amargas, publicado en España dos años después de la muerte de Franco. Ortuño cuenta cómo Francisco Pérez le ayudó a sortear un control policial en Madrid, haciéndolo pasar por alumno suyo de matemáticas. Había sido alumno en efecto, pero años antes, hasta que fue expulsado del instituto por una pelea contra simpatizantes de la Falange. Ahora era un prófugo del Franquismo, iba armado, y ambos se jugaron el pellejo en ese control policial. «Puede llamarme Menos Uno, como antes», fue la respuesta de Francisco Pérez cuando se despidieron.
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