Difícil de leer
El Publishers Weekly ofreció hace poco una lista de libros que consideraba los más difíciles de leer. Se trataba de una selección realizada por Emily Colette Wilkinson y Garth Risk Hallberg, que llevan una sección especializada en la web de crítica The Millions, dedicada a comentar y analizar los libros que más trabajo les han dado como lectores, estudiantes o profesionales. Para ellos, los libros más difíciles eran El bosque de la noche, de Djuna Bar…
Es un libro tremendamente difícil de entender. El tema del lesbianismo está soterrado debajo de pinceladas sobre los diferentes personajes. En ocasiones es algo absurdo y confuso.
Pionera de la exposición del amor homosexual en la literatura moderna, se trata de una obra vanguardista y más cercana a la poesía que a la novela, cuyos moldes parece intentar trascender a cada momento. De una prosa enormemente densa y oscura, rallando lo incomprensible en muchos pasajes, es todo un desafío para el lector y para nada una lectura fácil de asimilar. Las andanzas de unos personajes tan extravagantes como irreales y sus complicadas relaciones, en un ambiente de decadencia y nocturnidad (mención específica a ello en el capítulo “¿Vigilante, qué me cuentas de la noche?”) se pierden en una verborrea estilística sin atisbo de hilo conductor, donde resulta muy fácil extraviarse. Sin duda la autora de algo tan inclasificable debió de ser una personalidad poco común.
De una cualidad hipnótica que no se puede negar, el estilo se impone al relato y ahoga cualquier otra cosa.