Resumen y sinopsis de La muerte del padre de Karl Ove Knausgård
La primera novela de una obra monumental
Karl Ove Knausgård está luchando con su tercera novela casi diez años después de que su padre se emborrachara hasta morir. Quiere que sea una obra maestra, pero le atormentan las dudas sobre su talento como escritor y se pasa los días imaginando epitafios nada halagadores para sí mismo. La mente de Karl Ove deambula entre sus frustraciones actuales y su relación con su familia y el pasado –su infancia, las inseguridades de la adolescencia, el descubrimiento del sexo, del alcohol, esa «bebida mágica», su pasión por el rock– cuando su padre tenía la misma edad que él ahora. Era un niño serio y a menudo angustiado, con un hermano más feliz y menos complicado que él, una madre apacible y cariñosa pero casi invisible, y un padre distante e imprevisible. Un padre cuya muerte prematura suscitó en él emociones contradictorias, alivio, y también un profundo dolor, sentimientos que el protagonista aún no ha conseguido aceptar.
La muerte del padre es la primera novela de las seis que conforman Mi lucha y que pueden ser leídas de forma independiente o como partes de un proyecto muy ambicioso. Karl Ove Knausgård se embarca en una exploración proustiana de su pasado y desmenuza la historia de su propia vida hasta obtener las «partículas elementales». El resultado es una historia universal de los combates –grandes y pequeños– que todos debemos librar en nuestras vidas, una novela tan profunda como absorbente que nos atrapa desde la primera página, escrita como si la propia vida de su autor estuviera en juego.
Un libro sobrevalorado por la crítica. Me pareció aburrido y repetitivo. No me enganchó como serie.
Un soberbio ejemplo del poder de la narrativa bien trabajada. Me recuerda a Mutis, que con muy poco argumento hace un gran libro. En este caso, exorcizando los demonios de la infancia, y con un tono bastante íntimo, el autor nos ofrece esta joya que, a mi juicio, no es apta para todo tipo de lectores, pero cuando se le encuentra el gusto, queda uno con ganas de más.
Catarsis, purga, expiación...
Karl Ove Knausgard recurre a sus reminiscencias de la infancia y de la adolescencia para explorar las vetas confesas que lo marcaron en su formación como escritor y como persona.
El fallecimiento del padre será la chispa proustiana que esparcirá la lava y el fuego en los que agónicamente se quema o se abrasa.
Por medio de un estilo serio, sencillo, martilleante y concienzudo, desgrana sus más que acomplejadas frustraciones emocionales: Rabos de lagartija que por más que corte le vuelven a crecer una y otra vez.
Una extenuante introspección o bajada a los infiernos, en los que se deja verdaderos jirones de lacónica piel.
Ésta es la primera de una serie de novelas autobiográficas con las que el autor busca un camino más actual -aunque muy parecido- al realizado por Proust en "En busca del tiempo perdido".
Su forma tan pausada y detallada a la hora de escribir, se asemeja bastante a la de la islandesa Auour Ava Ólafsdóttir.
Solo recomendable para los que ya tenemos un bagaje profuso en lecturas, en las que importa menos la temática que el gusto por la buena escritura.
Aunque en principio me costó un poco acostumbrarme al lenguaje y su estilo, acabó siendo una gran revelación. Desde la mitad al final, es un relato apasionante sobre el reencuentro cara a cara con los recuerdos y figuras de la infancia.