Los recuerdos
David Foenkinos-
Título original: Les souvenirs
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Editorial: Seix Barral
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Año publicación: 2012
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Temas: Narrativa
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Nota media: 6 / 10 (6 votos)
Reseña de Los recuerdos
Este libro todavía no ha sido reseñado
Me embarqué en este libro con las mejores expectativas. David Foenkinos es un escritor que no me había defraudado en los títulos que ya había leído. Lo que comenzó siendo un diez a mitad del libro comienza a caer, para puntuarle tan solo un cuatro.
El libro es magnífico, pero solo hasta la mitad. En la mitad cambia todo, y no le encuentro ni conexión con lo anterior, ni interés, ni nada. No daba crédito a lo que estaba leyendo. Así que seguiré la reseña en la primera parte. Ella habla de su abuela, habla de su abuelo, y su relación con ellos. Todo muy Foenkinos. Recuerda algunos hilos de La Familia Martin. En esta parte disfruté enormemente con reflexiones acerca de la vejez y la relación de los más jóvenes con ella. Me encontré reflejada alguna situación que viví recientemente con mis padres ya fallecidos. David Foenkinos tiene esa capacidad del buen escritor de saber poner las palabras precisas a sentimientos, vivencias y actuaciones, que el resto de mortales hemos sentido, pero hemos sido incapaces de verbalizar tan gráficamente con una palabra o una oración.
Así que la emoción vivida en esta primera parte, no tiene precio y hubiera sido del todo correcta su finalización al acabar y diluirse. Cualquier persona que haya leído el libro, sabe exactamente de lo que hablo. El resto de la novela se lee casi saltándote las líneas, esperando alguna conexión, relación, o algo con el interés primero de la obra. Algo que no acaba de llegar. El libro termina sin pena ni gloria, con un regusto en la boca entre la decepción y la incomprensión.
Pero como en la lectura, así como en la vida y el amor, siempre hay un roto para un descosido, me encantaría que estas sensaciones que he tenido con “Los recuerdos” hayan sido algo solo mío y completamente subjetivo y que haya muchos lectores y lectoras que hayan gozado con su lectura .
Para finalizar, reseñar la original disposición de los capítulos alternando el devenir de la trama, con recuerdos puntuales de personajes relacionados de alguna manera con esta. Una forma especial y dinámica de pulverizarnos con esas gotitas de sentimientos y colores que a David Foenkinos se le da tan bien hacer.
Mira que me gusta Foenkinos, pero ni toda su pericia escribiendo ha podido lograr que disfrutara de este bodrio. Y es que, Los recuerdos, es una historia de esas, tristona y depresiva, que las editoriales intentan colar al desprevenido lector, como vitalista y aleccionadora.
David Foenkinos es un gran escritor. Y en esta novela consigue un estilo fresco y fluido, junto con una estructura original, llena de anécdotas que enriquecen la lectura y dan dinamismo a la trama, que buena falta le hace. Además de eso, su lenguaje delicado, que en ocasiones parece prosa lírica, junto con unas portentosas descripciones de paisajes y hechos, hacen que más que leer, "veas" el libro. Y sin embargo, la trama repetitiva y los personajes, vacíos y superficiales, además del propio argumento, empañan la belleza literaria del libro.
La historia es un poco ecléctica y puede ser interpretada de varias formas. En esencia, nuestro protagonista (del que desconocemos el nombre, pero sabemos que quiere ser autor), nos narra un periodo de su vida, comprendido entre la muerte de su abuelo y el nacimiento de su hijo. Y nada más. Obviamente, entre medias van ocurriendo una serie de sucesos que están relacionados con su familia, novia y amigos, de tal forma que no existe una historia principal que seguir, si no múltiples relatos, y muchos de ellos ni siquiera tienen más conexión entre si que la de ser narradas por el personaje principal.
La historia me resultó confusa, intrascendente y bastante pesada. Supongo que quería mostrar la belleza de lo cotidiano, a través de la vida de una persona común. Pero falla miserablemente dado el tipo de personaje que ha construido. Nuestro escritor frustrado resulta pedante, pomposo e insufrible. Se pasa toda la novela justificando sus acciones y nunca aprende realmente nada de sus errores.
Mi otra teoría, es que toda estas historias no sean más que una excusa para hablar de la creación literaria del libro en cuestión. Pero, como en el caso anterior, también en esta ocasión Foenkinos tropieza. No hace falta meter una miríada de relatos para hablar de la voluntad y/o el acto de escribir.
Sea cual sea el propósito de "esto", el final es igual de malo que el principio. Es abierto e insatisfactorio. No aclara nada ni invita a más reflexión que la de respirar aliviado por haber terminado con la tortura.
En suma, Los recuerdos es una lectura prescindible que promete mucho y no aporta nada. No solo cuesta leerse sus 287 páginas, si no que mientras lo haces no dejas de aburrirte a la vez que intentas encontrar un sentido a tanta trama dispar.
El título del libro nos da una pista de lo que no hay que hacer: al terminar la lectura, hay que evitar recordarla.
Lectura muy agradable, en consonancia con las lineas maestras del estilo del autor. Historias mundanas, de esas que nos pueden pasar a cualquiera, que permiten una identificación asombrosa con el narrador. Esta vez el relato se vertebra sobre los recuerdos, otras veces es el amor, otras la enfermedad... Ideal para los que no buscamos enredos vaticanos ni viajes exóticos.
No es el mejor libro de David Foenkinos. Los personajes no tienen la fuerza de algunos otros de sus libros y a veces la historia, aunque no es lenta, decae. Sí está su mensaje de evolución y de que puede haber esperanza. Entretenida para leer, pero no mucho más.
Me ha gustado mucho la manera de contar la historia, tiene un punto de humor delicado casi imperceptible pero evita que se convierta en una historia triste. La historia que cuenta es demasiado cotidiana para mi gusto, que prefiero algo más original y quizá menos real , pero hay que reconocer que es un escritor hábil , me gusta su forma de escribir.
Pese a tener momentos bellos y emotivos, el conjunto de la novela me ha resultado un tanto simple y a veces un "pelín" empalagosa.