Galardonada con el premio To Hell with Prizes 2010 y repleta de inesperados hallazgos verbales, la primera novela de David Whitehouse constituye un relato tragicómico y tierno, amargo pero esperanzado; una meditación en torno a la complejidad de los lazos familiares, los inasumibles peajes de la madurez y el amor y sus zonas de sombra.
Malcolm Ede, el protagonista de Cama, no es un niño común. Su curiosidad insaciable y su desprecio sistemático hacia las convenciones resultan tan exasperantes como enigmáticos. Durante la adolescencia parece tenerlo todo: carisma, atractivo, magnetismo, aplomo. No es suficiente: el día de su vigesimoquinto aniversario Mal decide no salir nunca más de la cama, y empieza a comer hasta convertirse en el hombre más gordo del planeta. A su alrededor los miembros de su familia, ligados por relaciones de dependencia, orbitarán como satélites sin nombre, espectadores impotentes de un circo mediático cada vez más grotesco: la consentidora madre, sacrificada mártir cuya adoración enfermiza sella el destino de Mal; el padre taciturno, torturado por recuerdos lejanos y empeñado en enigmáticos esfuerzos; o Lou, la abnegada novia, incapaz de desprenderse del pasado. Sobre todos ellos se alza la voz de su tímido hermano, perpetuamente relegado y cautivo en una encrucijada de amor y resentimiento, que vuelve sobre esta historia cálida y emocionante cuando ya parece a punto de terminar.