Resumen y sinopsis de Hablando con los muertos de Harry Bingham
'Dicen que un policía siempre recuerda su primer caso. Siempre que sobreviva a él...'Para la policía Fiona Griffiths, su primera gran investigación promete ser una dura iniciación en el submundo de Cardiff: una joven prostituta y su hija han sido brutalmente asesinadas en un piso. Todo apunta a que la víctima debió de topar con el cliente equivocado, pero Fiona está convencida de que el misterio es mucho más profundo.
De pronto, vuelve a sentir que pertenece al mundo de los muertos, que estos le hablan... y ese punto débil, que algunos llaman síndrome de Cotard, se convierte en un don que da un giro a esta historia.
Ha participado en esta ficha: soledadmp
Presentada por ahí como la novela negra más original de las letras británicas, poco le va a durar el título porque no tiene con qué sostenerlo. Entretenida y hasta ahí vamos. Poco creíble en varios pasajes, el intento por introducir el síndrome de Cotard (personas que se creen literalmente ya muertas o simplemente que no existen) es un poco forzado y de ahí será esto de "novela más original" pero ni piensen que la historia profundiza por ese lado. El personaje principal, la policía Fiona Griffiths, casi que parece un superhéroe de Marvel, aunque el autor se preocupa por describir su vestuario con finos detalles como para recordarnos que es una joven mujer que desea, sufre, trabaja a ritmo vertiginoso y también -cuando puede- come y duerme. Nada del otro mundo. Tal vez lo más llamativo es que sea un hombre -el autor- quien aborda el tema de la prostitución y duros negocios detrás desde la perspectiva de una mujer. Para quien guste pasar un rato.
La novela es entretenida y con una lectura muy ágil, frases cortas y en primera persona. No se trata de una novela policiaca propiamente dicha, al menos para mí, muchos personajes, varios asesinatos, pero una inspectora muy desequilibrada, porrera y que traspasa la ley cuando le conviene.
Lectura rápida, pero una historia que se podría haber explotado un poco mas.
La verdad, no me gustó para nada.