Resumen y sinopsis de No hay más preguntas de David Nicholls
Estamos en 1985, y Brian se despide de sus amigos de toda la vida porque se va a estudiar a la Universidad de Bristol. Orgulloso de sus notas y de sus gustos personales, quiere comerse el mundo y seducir a su admirada Alice. Para lograr esto último se presenta a un conocido concurso de televisión, No hay más preguntas, donde deberá responder a una serie de cuestiones de cultura general. Lo que Brian no sabe es que, tal vez, no se necesitan tantos conocimientos para poder ser feliz. Porque, al fin y al cabo, ¿no es la felicidad lo más importante?
No hay preguntas es simplemente una lectura tediosa. Quizás el problema haya sido mis altas expectativas tanto en la historia, como con el autor. Y he salido francamente decepcionada con ambas.
No se si será por el tema del libro, pero la forma de escribir de David Nicholls me parece, por decirlo suave, muy mejorable. Su lenguaje resulta vulgar y un poco desagradable. Las descripciones, casi brillan por su ausencia. Y los personajes son para darles de comer aparte. Y puede que de todos estos factores haya sido este último el que más me ha desagradado del libro. En especial, el protagonista, un listillo pretencioso que carece de personalidad, y que no hace más que intentar llamar la atención, en plan "mírame, que soy raro". Lo triste es que Brian, que a si se llama el prota, es de lo más normal del mundo.
La historia tampoco es nada excepcional. Es una variante del típico: chico idiota conoce a chica super preciosa, se enamora a lo bestia y las cosas no salen como pensaba. El único punto positivo de la trama es el concurso. Pero este pasa tan de puntillas por detrás de la absurda historia amor de Brian, que más bien parece un simple adorno. Otros de sus puntos interesantes es la profunda mirada crítica sobre la sociedad británica de los años 80. Pero, incluso esta, es parcial y un poco superficial. Y por último el absurdo, estúpido e incompleto final. Me dejó un poco perdida, pero he de confesar que el libro no me gustó tanto como para hacer un esfuerzo por comprenderlo.
En resumen, No hay más preguntas, me resultó un fiasco. Es aburrido, largo, lento y tedioso. Y lo peor es te lo presentan como todo lo contrario. Una historia sobre la diferencia entre conocimiento y sabiduría. ¡Me parto!. Está claro que el protagonista no tiene ninguna de las dos. Para lo único que sirve es para ampliar la base de cultura general. Todo lo demás es perder el tiempo...
athos75No hay más preguntas10
Me ha gustado muchísimo esta segunda novela que leo de Nicholls, la verdad es que no me esperaba que fuera aún mejor que "Siempre el mismo día", que me encantó. Trata de las vivencias y experiencias de un joven en su primer año de universidad a mediados de los años 80. A lo largo del libro me he reído, y he vivido intensamente las aventuras del protagonista. La verdad es que en fragmentos del libro me ha hecho atravesar el túnel del tiempo de mi vida y rememorar un poco mis tiempos de universitario. A pesar que quizás el 1º capítulo de la novela lo he visto un poco soso, a partir de allí me ha enganchado mucho el argumento y en muchos momentos hay giros inesperados que hace enriquecer la obra. Muy recomendable su lectura.
inixNo hay más preguntas6.5
Es fácil de leer y entretenido, pero no está a la altura de Siempre el mismo día. Tiene situaciones un poco disparatadas.
No hay preguntas es simplemente una lectura tediosa. Quizás el problema haya sido mis altas expectativas tanto en la historia, como con el autor. Y he salido francamente decepcionada con ambas.
No se si será por el tema del libro, pero la forma de escribir de David Nicholls me parece, por decirlo suave, muy mejorable. Su lenguaje resulta vulgar y un poco desagradable. Las descripciones, casi brillan por su ausencia. Y los personajes son para darles de comer aparte. Y puede que de todos estos factores haya sido este último el que más me ha desagradado del libro. En especial, el protagonista, un listillo pretencioso que carece de personalidad, y que no hace más que intentar llamar la atención, en plan "mírame, que soy raro". Lo triste es que Brian, que a si se llama el prota, es de lo más normal del mundo.
La historia tampoco es nada excepcional. Es una variante del típico: chico idiota conoce a chica super preciosa, se enamora a lo bestia y las cosas no salen como pensaba. El único punto positivo de la trama es el concurso. Pero este pasa tan de puntillas por detrás de la absurda historia amor de Brian, que más bien parece un simple adorno. Otros de sus puntos interesantes es la profunda mirada crítica sobre la sociedad británica de los años 80. Pero, incluso esta, es parcial y un poco superficial. Y por último el absurdo, estúpido e incompleto final. Me dejó un poco perdida, pero he de confesar que el libro no me gustó tanto como para hacer un esfuerzo por comprenderlo.
En resumen, No hay más preguntas, me resultó un fiasco. Es aburrido, largo, lento y tedioso. Y lo peor es te lo presentan como todo lo contrario. Una historia sobre la diferencia entre conocimiento y sabiduría. ¡Me parto!. Está claro que el protagonista no tiene ninguna de las dos. Para lo único que sirve es para ampliar la base de cultura general. Todo lo demás es perder el tiempo...
Me ha gustado muchísimo esta segunda novela que leo de Nicholls, la verdad es que no me esperaba que fuera aún mejor que "Siempre el mismo día", que me encantó. Trata de las vivencias y experiencias de un joven en su primer año de universidad a mediados de los años 80. A lo largo del libro me he reído, y he vivido intensamente las aventuras del protagonista. La verdad es que en fragmentos del libro me ha hecho atravesar el túnel del tiempo de mi vida y rememorar un poco mis tiempos de universitario. A pesar que quizás el 1º capítulo de la novela lo he visto un poco soso, a partir de allí me ha enganchado mucho el argumento y en muchos momentos hay giros inesperados que hace enriquecer la obra. Muy recomendable su lectura.
Es fácil de leer y entretenido, pero no está a la altura de Siempre el mismo día. Tiene situaciones un poco disparatadas.