En esta segunda entrega de La ira de los hombres del Norte, encontramos a Orm y sus juramentados vikingos en Miklagard (Constantinopla), con el cuerpo lleno de magulladuras, un puñado de monedas y la mítica espada de Atila. Sin embargo, la codiciada espada no tarda en ser robada y con ella el oscuro secreto que les debía conducir a Orm y sus hombres hasta un valioso tesoro.
La espléndida maquinaria narrativa de Robert Low despliega entonces todas sus velas para lanzarnos a una asombrosa y emocionante aventura que, por mares imprevisibles, nos conducirá hasta una ficticia batalla de dimensiones colosales en la que Bizancio combatió con todos los ejércitos.