En este cómic azul hay pocos diálogos y pocos personajes, que se mueven en un solo escenario: una piscina. Lo que sí que hay es mucha agua, y la mitad de la escasa acción sumergida en ella. Y está todo tan bien hecho que al lector se le taponan los oídos, y nota el sabor a cloro en su boca.
Aunque me sentí fascinada por el talento de Vives para captar y representar a la perfección el comportamiento de las personas, el cómic me dejó un poco fría. Era perfecto en la forma, pero no sé si tenía realmente fondo.
Recomendable, en definitiva, como todo lo que hace Vives.
En este cómic azul hay pocos diálogos y pocos personajes, que se mueven en un solo escenario: una piscina. Lo que sí que hay es mucha agua, y la mitad de la escasa acción sumergida en ella. Y está todo tan bien hecho que al lector se le taponan los oídos, y nota el sabor a cloro en su boca.
Aunque me sentí fascinada por el talento de Vives para captar y representar a la perfección el comportamiento de las personas, el cómic me dejó un poco fría. Era perfecto en la forma, pero no sé si tenía realmente fondo.
Recomendable, en definitiva, como todo lo que hace Vives.