Hija del crepúsculo

Resumen y sinopsis de Hija del crepúsculo de V.C. Andrews

Todo parece por fin haberse arreglado en la vida de Dawn. Después de haber descubierto el oscuro origen de su familia y la sórdida historia que marcó su nacimiento, tuvo que enfrentarse al desprecio y al odio de la abuela Cutler, al doloroso desengaño que significó para ella la traición de Michael Sutton y la terrible responsabilidad a la que tuvo que enfrentarse al quedar embarazada y decidir llevar adelante su embarazo sin ninguna ayuda. Ahora, por fin, una vez fallecida la abuela, se han descubierto todos los secretos y ha llegado el momento de que Danw se enfrente al mayor desafío de su vida. Ella es la actual propietaria del hotel familiar de Cutler’s Cove, y únicamente de ella depende el triunfar en la labor de sacarlo adelante, demostrando a todos aquellos que creen que ella no es más que una niña tonta, que, en realidad, es toda una mujer. Para conseguirlo, cuenta también con la ayuda de Jimmy, quien está plenamente convencido de su mutuo amor, y que sólo espera licenciarse del ejército para casarse con ella y empezar una nueva vida juntos, protegidos de los fantasmas del pasado. Además, el abogado de la familia ha conseguido encontrar a los padres adoptivos de su hijita, a quien la abuela Cutler entregó en adopción sin su consentimiento. Todos los papeles habían sido falsificados y no parece difícil demostrarlo.

Dawn sabe que aún le queda un largo camino por recorrer hasta que pueda considerar que vuelve a tener una familia: Clara Sue, su hermana, continúa odiándola porque considera que es ella quien debía haber heredado el hotel; Philip, su hermano, todavía alimenta por ella una morbosa pasión secreta; Fern, la hermana de Jimmy, aún permanece lejos de ellos, nadie sabe dónde; y su madre languidece cada día más, encerrada en su habitación, víctima de su egoísmo y su autocompasión… Pero Dawn es fuerte, y su amor por Jimmy también lo es. Y ellos saben que, juntos, mientras se tengan el uno al otro, serán capaces de enfrentarse a la vida y superar todas las pruebas que ésta decida enviarles hasta que puedan por fin disfrutar de la felicidad que ambos saben que merecen.