Letal como un solo de Charlie Parker, de Javier Márquez Sánchez
La primera vez que me encontré con Eddie Bennett él estaba sentado a la mesa de Dean Martin y Frank Sinatra en el Flamingo. Es posible que en ese momento no se fijara demasiado en mí ya que no podía quitar los ojos de la corista que tenía sentada en el regazo. No le culpo, la chica tenía las piernas tan largas que cuando llegabas a verle los pies tenías que ponerte de puntillas. Lo cierto es que nos volvimos a encontrar tres o cuatro veces a lo largo…