Resumen y sinopsis de Una forma de vida de Amélie Nothomb
Todo empieza cuando una novelista llamada Amélie Nothomb recibe una carta de uno de sus lectores. Se trata de un soldado norteamericano, Melvin Mapple, que le escribe desde el frente. En Irak, Mapple contrae una enfermedad, común entre los soldados. Y es la existencia de este padecimiento lo que deja al lector en estado de shock, lo hechiza y lo sume en un relato alucinante en el que, como en otras novelas de Nothomb, el protagonista absoluto es el cuerpo. Un cuerpo distinto, repudiado, que, para sobrevivir, alumbrará una nueva identidad, Scherezade, con la que el yo desdoblado de Mapple iniciará una suerte de idilio. Una vez más la prosa afilada y transgresora de la escritora belga mantiene al lector en vilo hasta el final, pues muy pronto el soldado norteamericano se revela como un maestro en construir ficciones que supera en su arte al de la misma Nothomb, destinataria de sus misivas.
La novela en su inicio me pareció sumamente original, y estaba muy bien llevada, la verdad. Sin embargo, el giro final hace que la novela decaiga un poco. Es un final algo insulso para una idea inicial original. No obstante, merece la pena leerla.
Un buen estilo el de Nothomb, bastante fluido y elocuente con interesantes reflexiones sobre la vivencia un tanto trágica del propio cuerpo (recurrente en varias de sus obras). El final resulta flojo, deja a desear
Original y bien llevada, a pesar de la brevedad de la obra. Tal vez el final sea algo chocante y se espera algo más, pero me ha parecido genuino.
Leo "Una forma de vida", donde la belga Amélie Nothomb, con la escritura rápida y ágil a la que nos tiene acostumbradas/os, nos acerca a una de las realidades del ejército americano en Irak: la bulimia que experimentan los soldados provocada por el estrés que sufren al entrar en combate. En esta obra -inteligente, incisiva e hipnótica- construída en torno a una relación epistolar entre la autora y un soldado norteamericano de Baltimore, la escritora logra una acertada construcción de sus personajes al plasmar, como si de una sesión de psicoanálisis se tratase, el uso de la comida como la droga más nociva al alcance de los militares que buscan una valvula de escape a los crímenes de guerra que cometen. Esta provocadora historia sobre las relaciones de los escritores con sus lectores, con un sorprendente giro final, no me ha parecido ni confusa ni poco comprometida con los temas que trata sino que la autora nos muestra su peculiar modo de ver el mundo esperando que seamos sus lectoras/es quienes reflexionemos y le demos sentido.
Sorprendente y original. Sin embargo esperaba mucho más de él y el final no me resulta adecuado al estilo que todo el libro lleva, parece que la autora no supo dar un final adecuado y puso término a aquél de la manera más rápida y absurda que encontró. Lo peor el final.