Resumen y sinopsis de La mujer de sombra de Luisgé Martín
Guillermo le confiesa a su amigo Eusebio que mantiene relaciones sexuales sadomasoquistas con una misteriosa mujer. Al cabo del tiempo, y por azar, Eusebio decide buscar a esa mujer para contarle que Guillermo ha muerto y que por lo tanto nunca volverá a llamarla. Y cuando la encuentra se queda hechizado por ella. No se atreve a decirle nada para no tener que desvelar los secretos que conoce, para no ahuyentarla. Poco a poco se van enamorando. Eusebio espera que ella le pegue, le humille y le maltrate sexualmente como hacía con Guillermo, pero Julia sólo le da caricias y ternura. Ése es el principio de la terrible duda que se abre paso en los pensamientos de Eusebio: ¿una y otra son la misma mujer? ¿La que azotaba con un látigo a Guillermo y la que se abraza a él sosegadamente son la misma persona? La mujer de sombra es la historia de una obsesión y de un camino hacia el infierno. Es una novela sobre el secreto, sobre la culpa y sobre la identidad. En ella, Luisgé Martín vuelve a indagar en los laberintos más oscuros del alma humana y a pintar esos dilemas existenciales en los que tanta importancia tienen las pasiones sexuales heterodoxas, que están siempre en la frontera de toda moralidad y toda ley.
Novela falsamente erótica, sobre unos individuos cuyas prácticas sexuales aberrantes conforman identidades y vidas paralelas. El protagonista, Eusebio, busca en la inocente Julia a Marcia, la mujer misteriosa y brutal que supuestamente fue en el pasado, pero ahora parece otra persona completamente diferente. Esa búsqueda le lleva a adentrarse en un mundo de deseos prohibidos, al margen de la moral, donde el amor y el sufrimiento no tienen límites claros. Y buscando esa verdad de Marcia, encuentra una oscura verdad sobre sí mismo. Lo único que queda claro es que los seres humanos somos monstruos normales, tenemos una cara pública, otra secreta, y podemos convivir con ambas, mirar para otro lado... si es que no nos destruyen, como al amigo de Eusebio. En cuanto al final, nos deja con la duda. Da la impresión de que estamos ante una historia de amor, pero de un amor para nada convencional. Hay que aplaudir la valentía del autor, no le tiembla el pulso a la hora de describir aspectos escabrosos de la personalidad, ni al relatar ciertas escenas sumamente duras (especialmente en las últimas páginas). Una lectura incómoda, pues, la de esta novela, narrada con una concisión de lenguaje, con un esquematismo argumental, que eliminan todo lo superfluo y hacen difícil sentir empatía por unos personajes distantes y algo inescrutables... además, la ambientación sufre de cierto acartonamiento, ya que el interés reside enteramente en el plano psicológico.
Atrapa desde la primera página porque está muy bien escrito y por el morbo. El tema es muy simple: señorito ocioso que está harto de dinero, de tiempo libre y de placer y busca como complicarse la vida mirándose el ombligo y experimentando con el dolor y el sexo. Es el perfecto egoísta que no renuncia a nada por nadie, ni siquiera por los que le quieren. La justificación de que la vida es un lodazal en su boca suena a sarcasmo. Me costó mucho terminarlo y me dejo un regusto amargo y una sensación de haber perdido el tiempo
Hacía tiempo que no leía una novela tan extenuante pero no porque produzca cansancio sino porque atrapa de tal modo que te deja el cuerpo y la mente a su merced.
La historia es buenísima, adornada por otras historias secundarias de igual calidad y por una narrativa descriptiva brillante. Hay que tener estómago para leer esta novela ya que algunos pasajes son brutales con los que te puedes incluso llegar a plantear abandonar la lectura. Otros, sin embargo, despiertan la curiosidad, el morbo,... Me ha parecido un trabajo cuidado al detalle que muestra la espléndida labor de investigación de un mundo tan oscuro y retorcido como el que describe.
Es un relato cargado de tanto morbo, que cuesta dejar el libro aun que sea durante un instante. Durante su lectura eres preso de su historia que esta redactada formidablemente. Te lleva de una escena a la otra sin apenas poder pestañear.
No baja la intensidad en ningún momento. Me lo tuve que leer de un tirón, ocurre pocas veces.