Resumen y sinopsis de El idiota de Fiódor Dostoyevski
Escrita durante los años en que Fiódor M. Dostoyevski (1821-1881) deambuló por Europa acuciado por sus acreedores, enfermo y necesitado, “El idiota” (1868) es sin duda una de las cumbres de la literatura. La novela, cuyo desarrollo gira en torno a la idea de la representación de un arquetipo de la perfección moral, tiene como protagonista al príncipe Myshkin –personaje de talla comparable al Raskolnikov de Crimen y castigo o el Stavrogin de “Los demonios”–, cuya personalidad, significativamente, da título a la obra. Encarnación de cuantas virtudes se asocian al espíritu cristiano, Myshkin sin embargo, paradójicamente, no logra más que desbaratar junto con la vida propia, la de la mayoría de los que a él acuden.
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Para mí, es una obra cumbre de Dostoyevski y de la literatura rusa.
Es un libro muy entretenido donde encontraremos pocas descripciones, lo cual contribuye a que sea ameno y ofrezca una lectura muy relajada. El autor demuestra gran capacidad para representar el alma del ser humano. Todos los personajes son perfectamente humanos, desconcertantes y fascinantes.
Cuando se aprovechan de ti por tu ignorancia es inocencia, pero cuando se aprovechan, lo sabes y no haces nada para evitarlo, eres como un idiota. Esta es más o menos la historia del protagonista, el príncipe Mishkin, un hombre enfermo y débil de carácter, aunque generoso y de buena voluntad que espera lo mejor de quienes lo rodean, una serie de personajes que a la larga terminarán mostrando su verdadera faceta ante la ingenuidad del protagonista.
Obra de una narrativa excepcional cuya multitud de detalles y epítetos te obligan a estar completamente embutido en la historia para no perderte. Tal y como ya se ha dicho en otros comentarios de lectores, es un Don Quijote ruso. Me permito la licencia de considerar que la lectura de nuestra gran obra universal hizo mella en el autor y provocó la obra a la que me refiero en este comentario. A pesar de todo, "El Idiota" parece estar impregnado de experiencias y pensamientos íntimos del Sr. Fiodor Dostoievski de los cuales no me siento capaz de encontrar estas raíces. Quizás es una inmadurez literaria por mi parte pero si no es por esto, no puedo imaginar como crear esta obra con la profundidad y lucidez que desprende de principio a fin.
Un libro con el que disfrutar y del que aprender. El príncipe Mishkin es uno de los personajes más valiosos de la literatura universal.
El príncipe Mishkin, personaje central de la novela, es una especie de Don Quijote a la rusa; un individuo simplón y sencillo de carácter, absolutamente sincero al abordar las relaciones humanas, de espíritu nada egoísta sino todo lo contrario, siempre abierto al perdón y a la compasión. Por ello es tomado por loco, o idiota, por quienes le rodean. Su llegada a Rusia supone toda una conmoción en el seno de un variopinto grupo de personajes (más o menos estereotipados) marcados por rasgos no demasiado positivos; egoísmo, arribismo, indolencia, convencionalismos sociales... solamente alguien como el príncipe es capaz, paradójicamente, de ponerles en evidencia, aunque será arrastrado por ellos a un torbellino de pasiones del cual será difícil salir indemne. Mishkin es un ser puro y encarna un cúmulo de las mejores virtudes según el autor, pero por desgracia, también es un ser completamente antisocial y “enfermo” (aunque los “enfermos” son los otros). Rusia, con sus contradicciones, entre las ideas tradicionales del cristianismo ortodoxo y las nuevas ideas venidas de occidente, ocupa un papel destacado en la narración y sirve de contexto. Dostoievski hace chocar a sus personajes una y otra vez como en una gran obra teatral, en espacios reducidos y con preponderancia de largos diálogos y enfrentamientos verbales. La novela, a mi modo de ver, adolece de defectos importantes y no ha conseguido convencerme en lo más importante, en su construcción narrativa, desarrollo del drama principal, descripción de situaciones y ambientes... lo encuentro todo muy embrollado, inconexo, improvisado incluso (supongo que así fue el proceso de escritura) y poco cuidado.
Magistral como siempre. En esta obra, a veces con tinte teatral y más concretamente de vodevil, el autor nos presenta al Príncipe Myshkin, al igual que nuestro querido Quijote (del que veo cierto guiño a Cervantes), como una persona en apariencia "idiota", pero que en realidad tiene unas convicciones y una "moralidad" muy por encima de la sociedad que le rodea.
La disyuntiva sensato/idiota está constantemente reflejada en la obra, jugando con el lector, que al igual que una moneda tirada al aire puede caer de cualquier lado, podemos pensar en ocasiones si es realmente "idiota" o por el contrario es una persona con una humanidad abrumadora (como al final creo que es). Como muchas obras suyas es tremendamente psicológica y abundando en personajes secundarios de un nivel muy difícil de alcanzar.
El diez no se lo otorgo porque hay ocasiones en las que me he salido de su lectura, bien por mí o bien por ser un poco extensa a mi humilde parecer.
Comencé la lectura de “El idiota” de Dostoievski el pasado 4 de abril. Hace unos momentos, culminé su lectura íntegra. Como muchas de las novelas de este autor: sumamente extensa, casi 800 páginas.
El resultado que deja la lectura de esta obra es la de una absoluta perplejidad. Dostoievski se ocupa de descolocarnos a cada instante a través de la descripción de los comportamientos de unos personajes que en ningún momento dicen lo que, en realidad, desean.
En la trama el amor se confunde con la lástima y la condescendencia. La hospitalidad se confunde con la especulación. La envidia se confunde con la admiración. Y el amor, también, con el odio.
Pero claro: son profundamente dramáticos: profundamente rusos.
No se lo pierdan.
Magnifico, una obra realmente magnífica, con una soltura y habilidad totalmente admirable por parte de Dostoievski. Un sin fin de personajes totalmente excéntricos, con una construcción magnífica a través del constante uso del diálogo introspectivo, una trama totalmente sutil, sencilla, y al mismo tiempo devastadora que hace un contraste totalmente hermoso con estos personajes. En especial resalto el papel del Príncipe: es un verdadero ejemplo del genio de Dostoievski por crear un personaje tan sencillo y al mismo tiempo tan complicado al que podemos llamar "idiota" sin ningún tipo de connotación vulgar.
Con extensos diálogos, en algunos casos ya excesivos que tornaban la lectura un tanto monótona, el Idiota recrea a Rusia en su totalidad a partir de estos particulares personajes frenéticos, con una soltura y precisión que tan solo me queda por decir que, El Idiota es un libro que atesoro con gran afecto en mis recuerdos y que retrata de forma tanto Quijotesca como romántica no solo un mundo en sí, sino una forma de verlo.
En mi opinión una de las mejores novelas de Dostoievsky.