Resumen y sinopsis de Diario de invierno de Paul Auster
Paul Auster, incansable creador de ficciones y de personajes inolvidables, vuelve aquí su mirada sobre sí mismo. Y si en un libro anterior, A salto de mata, rememoraba sus años juveniles de aprendiz de escritor, en este Diario de invierno parte de la llegada de las primeras señales de la vejez para evocar episodios de su vida.
Y así, se suceden las historias: un accidente infantil mientras jugaba al béisbol, el descubrimiento del sexo, las masturbaciones adolescentes y la primera experiencia sexual con una prostituta, el recuerdo de sus padres, un accidente de coche en el que su mujer resulta herida, una presentación en Arlés acompañado por su admirado Jean-Louis Trintignant, la estancia en París, una larga lista comentada de los 21 lugares en los que ha vivido a lo largo de su vida hasta llegar a su actual residencia en Park Slope, sus ataques de pánico, las historias de sus abuelos, sus dos primeros matrimonios fallidos y el largo y feliz matrimonio actual, la visión de un viejo thriller por televisión y las reflexiones que propicia, las visitas a la familia de Siri, los viajes, los paseos, la presencia de la nieve, el paso y la herida del tiempo, la conciencia del cuerpo que envejece...
En definitiva, el puzle de una vida a través de vivencias, sensaciones y recuerdos. Un magistral autorretrato construido con la pasión, la desbordante creatividad literaria y la ejemplar viveza de la prosa que son ya las señas de identidad de este escritor amado por los lectores y admirado por la crítica.
Cuenta sus vivencias, como en otras tantas novelas del autor, que es la parte que menos me gusta de Auster. Prefiero sus novelas convencionales, y no tanto filosóficas como esta, o A salta de mata, informe del interior...
Auster explica su vida de manera novelada. Tiene un grueso de páginas donde describe sus 21 viviendas que es un verdadero sopor y realmente sobra.
Cuando se tiene una vida así, es fácil que su exposición resulte interesante. Me gusta el enfoque en segunda persona y el trasunto de historias, también su conclusión. Obra profunda, compleja en su simplicidad.
Que está muy pero muy bien escrito es innegable. Ahora... anécdotas sin ton ni son, muchas de ellas carentes de interés y otras con real fuerza dramática, en definitiva terminan de componer un diario como cualquier otro en el que se han seleccionado algunos tramos. Clara muestra de un libro escrito por obligaciones editoriales, el talento de Auster en cuanto a su estilo y su prosa es el único responsable de una calificación que, si fuera por el contenido y la temática, debería ser mucho mas baja.
En mi caso, era la primera autobiografía que leía y estaba buscando alguna de hace un tiempo, por ello me pareció bastante agradable, era un campo nuevo para mí, sin embargo, en momentos se torna algo monótona y aburrida, no es un libro que te marque o que recuerdes siempre como un "grande". Me imagino que un americano o un escritor americano apreciaría más este trabajo y se sentiría mucho más identificado. Lo que sí me agradó en demasía y rescato, es la forma de narración de esta obra, utilizando una inédita y poco usada narración en segunda persona, admirable.
Lo que podría ser una simple biografía, me encantó desde el primer momento por la forma de escribir de Paul Auster, te atrapa y engancha y todo aquello que cuenta te parece interesante. Me he leído tres libros suyos y la verdad es que ninguna me ha defraudado.
Sin leer ninguna de sus novelas, leí este libro primero y me enganchó desde el principio. Nos cuenta su vida tal y como le va viniendo a la cabeza, de forma sencilla y ágil. El estilo y el vocabulario es sencillo y el lector se puede sentir identificado con muchos de los acontecimientos que él ha vivido.
Único aspecto positivo: está escrito con un estilo muy cuidado y bello.
Por lo demás, me parece tedioso y el autor expresa su pedantería hasta límites insospechados.
El último libro de Paul Auster es un fiasco, un pinchazo en hueso. En él cuenta experiencias de su trayectoria vital como individuo no muy diferentes de las que nos suceden a la mayoría de los mortales; lo hace además con escasa capacidad de introspección y sin aportar una nueva luz o consciencia a los hechos sucedidos tiempo atrás, como alguien que después de haber viajado mucho, no ha aprendido casi nada.
Es salvable el hecho de que trata el tema de las enfermedades, lo bien que describe desde dentro un ataque de pánico que sufrió después de morir su madre o la vivencia interior que tuvo un día viendo bailar ballet.
Por lo demás es un libro que aporta bien poco, desde luego mucho menos de lo que se espera de autor tan afamado y elogiado por la crítica.
Leo ávidamente "Diario de invierno", la novela más intimista del escritor americano Paul Auster. Al cumplir los 64 años, el autor rememora los grandes episodios y anécdotas de su vida en esta obra emotiva, melancólica, y de narración fragmentada que, a pesar de que atrapa, no es la mejor de su bibliografía (quizá tenga algo que ver el que esté obligado por su editorial a publicar una obra por año).