Resumen y sinopsis de No llames a casa de Carlos Zanón
Barcelona. 2012. Bruno, Raquel y el hermanastro de esta, Cristian, parecen haber dado con el negocio que les sacará de la miseria, de dormir en parques y cajeros automáticos. Bruno controla el negocio. Su novia, Raquel, ex toxicómana, lleva la contabilidad, y Cristian, el trabajo de campo. Es un negocio tan limpio y sencillo que es increíble que no se le haya ocurrido a nadie antes. Se apostan alrededor de las casas de citas donde las parejas acuden de día y de noche. Al salir, las siguen, apuntan las matrículas de los coches, consiguen saber quién es el titular del vehículo y después llaman y ponen precio a su silencio. Los chantajes no siempre salen bien, pero el negocio da dinero rápido y fácil. Merche y Max son amantes. Hubo un tiempo en que estuvieron casados. Una tarde ambos acuden a un local de alquiler de habitaciones. Cristian sigue a Max hasta el coche y anota su matrícula. El juego ha empezado.
Historia sobre la delincuencia moral de algunos personajes de dudosa reputación en Barcelona que va de menos a más. Tres amigos se dedican a chantajear a personajes con dinero que cometen infidelidades. Esto les sirve para llevar una vida de excesos, con sustancias poco recomendables. Esta idea central es atractiva, aunque no es hasta a partir de la mitad del libro cuando el ritmo se acelera. Y en concreto cuando esos chantajistas se encuentran con Max, que les obliga a cambiar sus esquemas, para goce del lector. Buen retrato de la miseria inhumana que campa en algunas zonas de la gran ciudad.
Al empezarlo pensé que no me iba a gustar, pues la descripción de los personajes y ellos mismos son bastante desagradables. Pero luego van pasando las páginas y te metes en la historia y, al menos a mí, me ha entretenido en todo momento. No es súper atrapante, pero me parece original el hecho de que los personajes sean tan desagradables, y tiene un buen ritmo. Está bien para pasar el rato.
Describe a la perfección los bajos fondos y los personajes que por ellos pululan. Es un relato que no te da respiro y que me recuerda a las películas de los 70, cuando empezaron a salir los "perros callejeros", trasladando la acción al momento actual. Muy bien contada y empastando las dos tramas para que finalmente converjan y tenga un desenlace que me ha parecido correcto.
La descripción y recreación de Carlos Zanón de los bajos fondos y la poca moralidad de los personajes, hacen que sientas malestar durante toda la lectura de esta novela. Si ése era el objetivo, enhorabuena, lo ha logrado.