Resumen y sinopsis de La soñadora de Gustavo Martín Garzo
Una novela sobre el desorden que producen tanto la pasión amorosa como la frustración del amor, sobre el misterio de la condición femenina, sobre cómo nuestra grandeza y miseria tiene relación con el hecho de desear siempre ser una cosa distinta de la que somos..A raiz del suicidio de Aurora, su amiga de infancia y amor de juventud, Juan Hervás regresa a su pueblo natal y en el propio cementerio, se reencuentra misteriosamente con la propia Aurora, dando inicio a un diálogo que constituye la sustancia de esta extraordinaria historia.
Ha participado en esta ficha: bclaudia
No me ha gustado nada la utilización del recurso de la novia muerta que se le aparece al protagonista para contarle y recordarle cosas del pasado. La historia se me ha hecho muy pesada y lenta. Pierde interés página a página.
Pendiente "Donde no estás", el último libro de Gustavo Martín Garzo, leo en papel "La soñadora" la obra que escribe en el año 2001 ambientada en el entorno del Canal de Castilla y la localidad de Medina de Rioseco. A pesar de ser una novela que se lee bien -el escritor maneja un estupendo lenguaje claro y conciso- no me ha gustado el recurso que utiliza en la narración para introducir la historia de Doña Manolita y Adela (estando convaleciente Juan Hervás de un accidente, se le presenta Aurora -su novia muerta- y es ella quien, además de contarle las visitas que hizo a Madrid para estar con él, le muestra las historias relatadas por Doña Manolita acerca de su prima Adela), creo que le sobra el elemento mágico (la presencia del hombre pez, el deseo de Adela de tener un niño con aletas y branquias para que, a través del Canal, le traiga noticias de Oporto,...) los ripios y tópicos (la pareja de americanos en París, los gitanos con la atracción de la cabra,..) algún leísmo, los comentarios irreverentes acerca de la Virgen María, increíbles metáforas ("Le miró con los ojos líquidos de los niños" cuando se refiere a Aurora y "Eran ojos de ladrón de nidos" para describir a Santiago) y algunas frases que no comparto ("Los arquitectos eran los emisarios de la muerte", "Para entender a los vivos hay que comunicarse con los muertos", "Todos los enamorados necesitan cogerse de la mano, porque tienen miedo a que algo más fuerte que su amor les pueda separar", "todos los que andan por los tejados van persiguiendo sueños",...). Quizá el escritor debería haber dado más fuerza a la historia del momento actual y olvidarse de tantos saltos de voz y personajes del pasado, en este libro muy agradable de leer, acerca del peso de los viejos valores, del dolor de lo perdido y del deseo de ascenso social. De 4.