Resumen y sinopsis de Los colores de la guerra de Juan Carlos Arce
Figueras, 1939. Los cuadros del Museo del Prado están a punto de desaparecer en los bombardeos de la guerra civil. El gobierno republicano, agonizante y sin recursos, tiene que adoptar una decisión dramática: elegir entre la evacuación de las obras de arte y la protección de las vidas. La deserción de una enfermera republicana, entre los miles de fugitivos que cruzaron la frontera francesa, precisamente en el justo momento en que comienza el traslado de los cuadros, es el principio de una historia de amor y espionaje que lleva la intriga a diversas ciudades europeas. Las obras de arte del Museo del Prado permanecían escondidas en depósitos subterráneos, amenazadas por la guerra, en un palmo de tierra de Cataluña. En una gesta histórica sin precedentes, el gobierno republicano evacuó las pinturas en el último minuto, salvándolas de una destrucción segura. El destino que el gobierno de la República quiere dar a uno de los cuadros en el mercado clandestino del arte y el robo de una pintura de Velázquez componen el soporte argumental de una novela trazada con brillante imaginación y respeto a los hechos históricos. Esta ficción, que da vida literaria a los verdaderos protagonistas de la evacuación del museo, nos permite un nuevo acercamiento a un conflicto del que seguimos siendo herederos. Una novela que atrapa al lector desde la primera página.
Ha participado en esta ficha: ccasconm
Novela entretenida de fácil lectura con un fondo bélico política fuera de las típicas historias de guerra civil española.
protagonistas poco exprimidos a mi entender pero con precisos nexos a personajes y acontecimientos reales lo que el nivel de atracción para el lector se hace permanente durante la lectura.
Una historia sencilla, sin grandes sobresaltos, teniendo la guerra civil y los cuadros emigrantes del museo del Prado como fondo, y casi como excusa, para contar los avatares de dos personas que se enamoran en plena huida y fracaso de la república ante el embate golpista. Aún así le falta ritmo, empuje y, aunque sin pretensiones históricas, el autor se mete de lleno en la Historia sin contarla del todo correctamente, omitiendo allá donde no le cuadraba con la historia que quería narrar.