Resumen y sinopsis de Yo, Cayetana de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva
«Vive y deja vivir, ese es mi lema». Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, icono de dos siglos, la aristócrata más querida y admirada, narra por primera vez su historia. Con sinceridad, con pasión y con sentido del humor, repasa sus recuerdos en esta extraordinaria autobiografía. Desde su infancia de niña huérfana hasta su espléndido momento actual, no deja nada por contar: su relación con su padre, sus grandes amores, sus tragedias personales, su trabajo por la Casa de Alba, su papel de madre, su increíble vida social. Por estas páginas desfilan los personajes más célebres del siglo XX y se retrata un mundo fabuloso de glamour y poder, al que ella aporta siempre su personalidad rompedora, creativa y única. «Se han escrito tantas cosas de mí… y, sin embargo, se sabe tan poco. Solo se han enterado de lo que me ha dado la gana». Pero ahora ha decidido contarlo todo.
A mí me encantó. Personalmente, sabía quién era la Duquesa pero no conocía detalles de su vida. La narración es sencilla y sincera. Me pareció un libro muy llevadero, entretenido y también emocionante. Mantuvo mi atención al 100% de principio a fin. Lo que más disfruté fue conocer los detalles de una vida real y contemporánea pero tan diferente a la mía y de tantas personas. Me atrajo mucho la personalidad de Cayetana. Confieso que por algunas de sus expresiones la noté soberbia, pero en muchos de sus relatos sentí todo lo contrario. Yo sabía de antemano que estaba enferma y esperaba detalles al respecto, pero no habla de su enfermedad, sólo la menciona en un par de líneas. Eso fue lo que a mí personalmente me faltó de este libro, por eso le doy un 9. Fue una gran persona, con muchos valores, con una personalidad única y desbordante de energía. Al menos, eso me transmitió este libro. Lo recomiendo totalmente.
De autobiografía nada y de contar todo, nada de nada, cuenta algunas cosas y a su manera (o sea, malamente). Algunos pasajes no son creíbles, otros sosos y otros absurdos. No merece la pena perder el tiempo leyéndolo.