Para olvidar su pasado y una terrible tragedia familiar, Andrew Livingston abandona Nueva York y se dirige a Bad Lands, un áspero territorio en Dakota. Seducido por la grandeza del paisaje y por las expectativas de riqueza con el boom ganadero, Livingston se establece en unas tierras que otro hombre también ansía y se ve envuelto en un fuego cruzado de odio y codicia.
En Bad Lands, la única ley es la que surge del cargador de un revólver y Livingston irá comprendiendo quién controla en realidad este vasto territorio salvaje a través de violentas incursiones nocturnas, linchamientos y asesinatos.