Resumen y sinopsis de Culto secreto y otros relatos de Algernon Blackwood
Pese a que ALGERNON BLACKWOOD (1869-1951) nunca se sintiera propiamente integrado dentro del género, lo cierto es que ocupa por derecho propio un lugar destacado dentro del panorama de la literatura fantástica y de terror del siglo XX. El presente volumen recoge cinco relatos sumamente representativos de la atmósfera y los motivos presentes en la obra de este autor, a quien Lovecraft definiera como "maestro absoluto e incuestionable de la atmósfera espectral". Si "El hombre al que amaban los árboles" y "Descenso a Egipto" son narraciones en que la creación de una atmósfera numinosa e inquietante prevalece sobre la peripecia, "Complicidad previa al hecho" y CULTO SECRETO muestran la escalofriante vecindad entre la normalidad y lo inimaginable, mientras que "El ocupante de la habitación" juega con nuestros terrores más profundos.
Nos encontramos ante cinco relatos de desigual calidad: dos de ellos son discretos, mientras que los tres restantes son maravillosos. Los que no terminan de funcionar son "El hombre que amaba a los árboles" y "Descenso a Egipto". Resultan ser demasiado lentos en su desarrollo, con fuerzas ocultas que se sienten pero que apenas se ven. Pero "Culto secreto" (una adoración perversa que vuelve del averno), "El ocupante de la habitación" (un alma escondida dentro de una habitación turística) y "Complicidad previa al hecho" (un hecho macabro futuro que se cuela en el presente del protagonista) son de nueve en la calificación. De ahí la media de mi puntuación.
Conocí a ALGERNON BLACKWOOD en una antología de cuentos seleccionados por Lovecraft donde aparecía un cuento fascinante de su autoría: LOS SAUCES. Tiempo después me hice de esta antología de otros de sus relatos. El resultado fue muy bueno. Cuatro de los cinco relatos que componen esta compilación resultaron magistrales: EL HOMBRE AL QUE AMABAN LOS ÁRBOLES, EL OCUPANTE DE LA HABITACIÓN, CULTO SECRETO (realmente fascinante en toda su extensión) y COMPLICIDAD PREVIA AL HECHO.
El quinto cuento, DESCENSO A EGIPTO, más que un cuento, constituye un verdadero somnífero.
Blackwood sabe hacerlo bien.