Resumen y sinopsis de La piel de zapa de Honoré de Balzac
Es la primera de sus grandes novelas y representa una especie de transición entre sus primerizos cuentos con elementos fantásticos y sus posteriores escritos de mayor extensión, en donde predomina el análisis psicológico y la observación realista. El simbolismo del talismán que permite a su poseedor satisfacer todos sus caprichos lo utiliza aquí Balzac como hizo siempre con lo fantastique: como excusa para expresar su filosofía de la vida, sus profundas reflexiones metafísicas sobre la condición humana, mediante mitos y visiones sobrenaturales que justifican plenamente la conocida objeción de Baudelaire: «Más de una vez me ha asombrado que la mayor gloria de Balzac fuera la de ser tenido por un observador; siempre me había parecido que su principal mérito consistía en ser un visionario, un apasionado visionario».
Ha participado en esta ficha: bclaudia
Es una novela con trasfondo filosófico y profundas reflexiones metafísicas sobre la condición humana. Nos hace reflexionar sobre el deseo, cuya satisfacción nos hace consumir nuestra limitada vida. Se notan ciertas reminiscencias de Fausto y el retrato de Dorian Gray. Me ha gustado la descripción de la vida burguesa francesa.
Es un libro al que le falta un desarrollo. Tenemos la idea inicial que no rescata hasta el final. En medio mucha paja sin nada que ver con el argumento; paja con un reflejo de la burguesía de la época y mucha política.
Farragosa narración la que nos ofrece esta obra, con oraciones interminables y densas que ralentizan en demasía la acción. Y es que casi toda esta obra es una crítica a la sociedad francesa del momento: opulenta, orgullosa y carente de valores humanos. Por tanto, el hecho más interesante que otorga el título de la novela (una piel que acata los deseos de su propietario a costa de la vida de éste), pasa a un segundo plano. Un ejemplo de no aprovechamiento de una idea central maravillosa.
No he podido evitar memorar el hecho de que Balzac tomaba el grano de café ya sin moler, porque ya no le hacían apenas efecto. Este estimulante ha hecho bastante puntilloso a algunos autores, y se deja notar en las románticas frases metafóricas que pueden encontrarse en este libro, donde Balzac busca, a través de las palabras, hacer sentir al lector cada descripción.
No hay mucho que decir, es un libro estupendo, no se puede esperar menos de Balzac.
Novela lenta. Hay momentos en los que se te hace insufrible pero en el fondo merece la pena leerla. Siempre merece la pena leer a Balzac. Esta fue su primera novela y ya podemos advertir el estilo de autor que brillará con luz propia en el futuro.
Buen libro centrado en un tema interesante, la idea que desarrolla Balzac con un trozo de piel mágica, que concede deseos al protagonista y que con cada deseo va encogiéndose y con ello se acorta también la vida de su propietario es genial, debo admitir que es un libro pesado, filosófico que plantea situaciones existenciales, requiere mucha concentración, el inicio es lo más difícil llega a ser aburrido, pero con el pasar de las páginas mejora constantemente.
Hipnótico libro de este gran clásico francés, un historia que nos lleva por donde quiere el autor, con un protagonista que conoce lo mejor y lo peor de la existencia.
Vivir, sí, ¿pero cómo…?
Balzac publicó en 1831 La Peau de Chagrin (La piel de zapa, Alianza Editorial) por entregas, siguiendo los procedimientos de marketing del momento, y obtuvo un éxito comercial resonante que le confirió al escritor una incipiente notoriedad pública, superando la que ya tenía en exclusiva en ciertos minoritarios ambientes intelectuales parisinos. Sorprende todavía el hecho de este triunfo: no es una novela comercial al uso, ni en su argumento, ni en sus procedimientos, ni en sus significados.
Argumento sencillo, pero complejo al mismo tiempo. El protagonista –Rafael Valentín- atraviesa por periodos de su vida, conoce personas, se enamora de ellas, y enferma gravemente. Todo ello acompañado de un trozo de piel con poderes mágicos: en principio le proporciona cuanto anhela, pero, al mismo tiempo, se reduce cada vez más en función de la intensidad de los deseos.
Los procedimientos están al servicio de la historia: descripciones largas, repletas de adjetivos certeros. Ambientes meticulosamente desmenuzados, estados de ánimo, exclamaciones que provienen del interior atormentado de los personajes. A veces, todo es excesivo, una de las características estilísticas de Balzac, que insiste en explicar y en explicar, que da infinitos rodeos y parece complacido en darlos, aunque sea a costa, como le reprochaba Baudelaire, de hacernos perder el hilo y la perspectiva de unidad general de la obra. Novela, por tanto, de naturaleza dudosa, de complicada clasificación en la que París es más que una ciudad, una caja de sorpresas, un mundo a caballo entre la realidad y la ficción. Precedente, tal vez, de una literatura de ciencia ficción, que conjuga la profundidad de la filosofía con el inteligente entretenimiento.
La significación: el sentido de la vida, ni más ni menos. Los caminos posibles para vivirla: despacio o deprisa, con intensidad, que contiene emociones, pasiones al límite de lo resistible, o sin ella. Es decir, a través de ese discurrir monótono de los días, sucedáneo de la existencia, rutinaria repetición de los mismos gestos, de las mismas costumbres. La eterna dicotomía entre la extensión y la calidad, como términos antinómicos en los que el ser humano suele debatirse y que a día de hoy no parece todavía tener solución. Como dice un personaje de la novela: “Matar los sentimientos para llegar a la vejez o morir joven aceptando el martirio de los sentimientos. Esta es nuestra sentencia”.
Pero ni el argumento, ni los procedimientos ni el significado agotan los valores de esta maravillosa y original creación artística, que nos seduce desde la primera página y nos obliga a reflexionar, que nos desorienta, nos ilumina y nos sumerge en una delectación literaria profunda, inolvidable y enigmática. Goethe dijo de ella que “era un ejemplo de la corrupción de la sociedad francesa”, y todavía se discute si estas palabras representan o no un elogio.
Es algo lento al principio pero va mejorando con cada página.
Tiene algunos diálogos verdaderamente buenos y que te hacen pensar mucho sobre la vida y la muerte.
Lo recomiendo, uno de mis libros favoritos.