Resumen y sinopsis de El canto errante de Rubén Darío
El último gran poemario de Rubén Darío.
En octubre de 1907, cuando aún resonaban las críticas elogiosas que suscitó su obra cumbre "Cantos de Vida y Esperanza" (1905), Rubén Darío publicó en Madrid su libro "El Canto Errante". Si bien "El Canto Errante" no alcanza la altura y trascendencia de "Cantos de Vida y Esperanza", la crítica coincide en considerarlo uno de los últimos grandes libros de Darío, que no desdice del prestigio alcanzado por el padre del Modernismo.
El libro incluye varios de los poemas más famosos de Darío, escritos y publicados en diferentes fechas, y se caracteriza por la variedad de metros y por las innovaciones poéticas que introduce. Al mismo pertenecen, por ejemplo, sus poesías: "A Colón" (1882), "Momotombo", "Salutación al águila", "A Francia", "Tutecotzimi", "La bailarina de los pies desnudos", "La canción de los pinos", "Nocturno", "Epístola a la señora de Leopoldo Lugones" y otros poemas.
"El amor pasajero tiene el encanto breve,
y ofrece un igual término para el gozo y la pena.
Hace una hora que un nombre grabé sobre la nieve;
hace un minuto dije mi amor sobre la arena.
Las hojas amarillas caen en la alameda,
en donde vagan tantas parejas amorosas.
Y en la copa de Otoño un vago vino queda
en que han de deshojarse, Primavera, tus rosas."
Una de las últimas publicaciones del gran poeta nicaragüense, que recopila un conjunto de poemas escritos en diferentes años, dándole un carácter "viajero", errante en el tiempo y los recuerdos, y donde están presentes temáticas de orden histórico o político ("A Francia", "A Colón", o el polémico "Salutación al águila", referido a los Estados Unidos), así como también odas a personeros como Bartolomé Mitre, Antonio Machado o Ramón del Valle-Inclán ("Este gran don Ramón, de las barbas de chivo, cuya sonrisa es la flor de la figura..."). La naturaleza está presente también, con poemas como "Momotombo", volcán nicaragüense, y "Desde la pampa", dedicado a la Argentina. Por último, una temática más personal reflejada en "Eheu!", "Nocturno", "Versos de otoño", entre otros.
El poemario contiene un prólogo llamado "Dilucidaciones", donde el autor discurre sobre la condición de la poesía en su época, responde a las críticas referidas a su estilo y forma, además de argumentar sobre el uso de la palabra como representación de la idea y advirtiendo del mal uso que se pretenda hacer, pudiendo llegar a desvirtuar "el arte de la ordenación de las palabras", que Rubén Darío entendía como una "armonía de caprichos".
Una obra poética reveladora y de gran valía, aunque no tan notable en comparación a sus repertorios más famosos, como Azul o Prosas profanas.