Cuarto menguante. Declive de la dinastía nazarí

Resumen y sinopsis de Cuarto menguante. Declive de la dinastía nazarí de Alfredo Leyva Almendros

Cuarto menguante (Declive de la dinastía nazarí) es un ejemplo claro de la interrelación entre historia y literatura. Escrito en una prosa poética deliciosa, recrea una época pasada de la que heredamos mucho más de lo que suponemos.
    
El rey Boabdil, el último de la dinastía nazarí, ha sido cuestionado durante siglos. Su partida evitó una guerra cruel que todos, siglos después, le hubiéramos reprochado. El autor, recupera otro de los protagonistas del ocaso de esta dinastía, el de Hamet el Zegrí, que llegaría a ser alcaide de Málaga y que luchó junto a Boabdil hasta la rendición.

Alfredo Leyva no pasa por alto las capitulaciones, que si bien en su origen recogían una necesidad social y no estaban exentas de ciertos privilegios, terminaron por convertirse en un arma de doble filo para los musulmanes, que ya, convertidos en moriscos, se vieron perseguidos y humillados en su propia tierra.

    Entre personajes anónimos, esta historia de realidades se nos hace cierta y fiable de mano de Alfredo Leyva. Critica lo suficiente y hermosea lo necesario. Es un viaje al pasado que ha de leerse con una taza de café humeante (brebaje que introdujeron los andalusíes en la España que luego les dio la espalda) o en un té endulzado con azúcar, con la caña que ellos mismos trajeron de Oriente. Todo lo que hacemos hoy en día –o casi todo- lo hicieron antes Boabdil y Hamet el zegrí.

Somos la suma de todas las culturas que nos han precedido. Cada una de ellas nos ha dejado su huella. Sin embargo, al autor le subleva la forma de referirse en los libros de historia a la etapa árabe, a ocho siglos de relación y convivencia refiriéndose a ellos como, la “invasión” árabe. La historia siempre la escriben los vencedores.

Estas palabras de Alfredo Leyva puestas en boca de uno de sus personajes reflejan la esencia de la novela:

“Aquel que quiera conocer bien su pasado, que mire atrás con el corazón, pues dice más una mirada de amor que cien libros de historia”.