Resumen y sinopsis de Sumotori de Gail Tsukiyama
Los hermanos Hiroshi y Kenji pierden a sus padres en un naufragio y sus abuelos los acogen en su casa de Tokio. Los cuatro llevan una vida apacible y feliz hasta que Estados Unidos declara la guerra a Japón, que separa a los hermanos y trunca sus sueños: el de Hiroshi, que aspira a ser maestro de sumo (sumotori), y el de Kenji, que despunta como artesano de máscaras de teatro. Sus vidas se cruzan con Haru y Aki, dos hermanas huérfanas de madre, cuyo padre tiene la escuela de luchadores de sumo más prestigiosa de Japón.
Magnífica historia de una saga familiar que contiene muchos elementos de las tradiciones japonesas, sobre todo del fascinante mundo del sumo, que atraparán al lector.
Ha participado en esta ficha: Oscar326
Con este libro me llevé una sorpresa. Marginado en una librería, a precio regalado, pidiéndome ser comprado, lo llevé sin demasiadas expectativas y solo por la promesa del nombre.
Alberga una muy bella historia de superación personal, con personajes entrañables que deben afrontar varios altibajos y continuar mirando hacia el futuro.
La autora ofrece una lectura muy amena, de pulso calmo, que se disfruta ampliamente. Además, nos permite aprender mucho de esta cultura tan atractiva, rituales de la disciplina y demás.
De esos libros que al terminarlos te dejan una sensación de pacífica satisfacción.
Muy linda historia, durante la Segunda Guerra Mundial, dos hermanos con aficiones diferentes logran sobreponerse a las dificultades y dolores propios de los momentos vividos y triunfar en sus respectivos oficios.
Una novela bellísima. Solo esta autora con un trazo elegido, pudo hacer florecer historias tan bellas, en un período tan triste y desgarrador como fue el de la segunda guerra mundial en un Japón al borde de un cambio que nadie podía imaginar.
Dos hermanos ( uno luchador de sumo y el otro artista), dos caminos que se entrelazan y separan y se vuelven a unir a través de valores, enseñanzas y tradiciones en común que les permitieron superar la adversidad una y mil veces. El Japón de los años 50 queda expuesto en cada línea que Gail Tsukiyama va escribiendo en su floreada prosa. Una obra que conmueve pero no hiere, donde siempre hay una luz que alumbra el camino, porque siempre habrá esperanza mientras haya vida. Vale la pena leerla y releerla.