Resumen y sinopsis de Padres, hijos y primates de Jon Bilbao
A Joanes la vida no le ha ido tan bien como esperaba. Cuando estudiaba en la Escuela de Ingenieros todos le auguraban un brillante futuro, pero éste no se ha cumplido. Su empresa está al borde de la quiebra. Sin embargo todo podría cambiar, gracias a la posibilidad de un importante contrato. En estas circunstancias, con el contrato a punto de cerrarse, lo último que quiere Joanes es viajar a la Riviera Maya para asistir a una boda. Una vez en México, una alerta de huracán le obliga a abandonar su hotel en la costa y trasladarse al interior en busca de refugio. En el trayecto se encuentra por sorpresa con un antiguo profesor de la universidad, que huye también del huracán. El profesor, un reconocido matemático, tiene un carácter manipulador que invita a desconfiar de cuanto hace y dice. En el tiempo transcurrido desde que terminó sus estudios, Joanes ha llegado a convencerse de que el profesor es el culpable de su pobre carrera profesional. Ahora, retenidos por el huracán en una casa de huéspedes de un villorrio mexicano, Joanes tendrá oportunidad de saldar cuentas con él. Podrá comprobar si sus sospechas son ciertas o nada más que una sofisticada fantasía, aunque para ello no le bastarán sólo las palabras.
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Joanes es un tipo en apuros, perdido en la Riviera Maya por absurdos motivos, en medio de un huracán y sin apenas batería en el móvil. Para colmo se ve involucrado en un extraño incidente con un chimpancé, y lo peor de todo, la casualidad hace que su camino se cruce con el de alguien de su pasado que querría olvidar.
Hombres, animales, más que animales, padres e hijos se encuentran en una odisea surrealista donde las cosas no hacen sino empeorar. El protagonista es uno de tantos jóvenes prometedores y “sobradamente preparados” que se esfuerzan en salir adelante, llenos de ilusiones y proyectos, pero que nunca logran ver recompensado su talento. Se las tendrá que ver con su viejo profesor, de carácter abusivo y prepotente, otra figura que puede resultar familiar; ese docente de enorme erudición, pero que aterra a sus alumnos y les pone a prueba, objeto de odios pero también de curiosidad, fascinación por su personalidad un tanto perversa, de alguien con mucha labia.
Ambos se encuentran, sin comerlo ni beberlo, en una situación de extrema necesidad, donde las fuerzas de la naturaleza desatadas suponen una exteriorización de algo mucho más profundo; de fracasos personales, frustraciones y rencores que acabarán estallando, llevándoselo todo por delante sin que Joanes vuelva a ser el mismo… aunque cabe preguntarse si lo que descubre de sí era algo que ya estaba ahí, y simplemente no era demasiado consciente de ello. Padres, hijos, primates; vampiros nihilistas odiándose, amándose, matándose e intercambiándose los papeles, pero siempre se podrá volver a la normalidad y fingir que no ha pasado nada.
Sabemos que uno tiene algo que el otro quiere y que este hará lo que sea necesario para obtenerlo, que en determinados escenarios desesperados, donde peligra la integridad de aquello que más queremos en la vida (los hijos), seríamos capaces de lo que hiciera falta. Y sale la bestia, el animal salvaje acorralado que ni siquiera la razón, los modales o las altas disquisiciones intelectuales pueden refrenar. Entran en juego teorías pseudocientíficas que nos da una idea de esos dos polos irreconciliables, de frío y calor que van directos a colisionar fatalmente, pero también de las creencias fantásticas, aunque de tenue base lógica, que nos sirven para engañarnos, para interiorizarlas y que nos sirvan de excusa o de consuelo, de explicación para nuestros extravíos. Se trata de una forma de fe, que no deja de aproximar a dos individuos en teoría antagónicos, y lo que es peor, que otorga a sus vivencias un oscuro sentido en el caos, en el aparente y azaroso dislate en que andan metidos.
Tremenda la ironía de que, en un ambiente exótico y del tercer mundo, quienes peor se comportan son los ajenos a dicho ambiente y procedentes de la civilización. Relato muy bien trazado, con el lenguaje llano de Bilbao, escueto, siguiendo muy de cerca a un héroe con quien compartimos sus dudas y descubrimientos, ambigüedades propias y ajenas; es significativo el apunte gay, que no es casual y que tal vez habla (sin alzar la voz), nuevamente, de ese tira y afloja paterno-filial, de diferencias insalvables, heridas y resquemores.
Una crítica literaria que leí sobre este libro en la red me llevó hasta él. En ella decía que el escritor burgalés Óscar Esquivias dijo de Jon Bilbao que estaba convencido de que si alguien no conocía sus libros, se perdía a uno de los mejores escritores españoles contemporáneos. Corroboro que algo de razón sí que tiene. Novela breve pero colmada de sentido, sin demasiadas florituras, y muy directa.
Una breve novela escrita en un estilo carente de adornos y lleno de sarcasmos, que lo mismo me provocó risas que estupor. Recomiendo su lectura a aquellos que buscan historias ácidas y poco convencionales.