Resumen y sinopsis de El ocupante de Sarah Waters
Un polvoriento día de verano llaman al doctor Faraday a Hundreds Hall, la mansión de los Ayres, en el desolado centro de una Inglaterra de posguerra que está cambiando aceleradamente. Faraday ya había estado allí cuando era un niño y su madre era una de las criadas de la casa. Se había colado como un pequeño fantasma en las regias habitaciones y, fascinado por tanta belleza, había roto una moldura de los artesonados de un corredor y se la había llevado. Ahora, gracias a los sacrificios de sus padres, es médico, aunque con una posición social no muy cómoda en el rígido sistema de clases inglés, y piensa que esta visita es un golpe de suerte. Pero Hundreds Hall, como sus dueños, ya no es más que la sombra de sí misma. Las tapicerías cuelgan en jirones, la carcoma se ceba en el interior de la casa y las malas hierbas arrasan los jardines. La señora Ayres aún es una señora elegante, que mantiene como puede su dignidad, aunque viva entre paredes desconchadas, sillones desvencijados y alfombras raídas. Roderick, su hijo, ha vuelto de la guerra cojo, lleno de dolores y cicatrices, enfermo de los nervios. Se ocupa como puede, y puede mal, de la casa y de la hacienda y va vendiendo las tierras y la familia se va comiendo el capital. Su hermana Caroline, algo mayor que él pero aún en la veintena, independiente, excéntrica, masculina y no desprovista de encanto, ha tenido que volver a Hundreds Hall para ayudarlo. Pero los Ayres no han llamado al doctor Faraday para que se ocupe de ellos, sino de Betty, la joven criada de catorce años, que quizás solo está enferma de miedo, aterrorizada por aquello que percibe en la casa. Porque siempre son los niños y los animales los primeros en advertir lo siniestro. Aunque nadie la cree, en Hundreds Hall se oyen ruidos inexplicables, se ven sombras fugaces y marcas de fuego en las paredes y las cosas más familiares pueden volverse atrozmente perversas...
Novela de intriga/drama que va de menos a más, y que aunque al principio uno no sabe bien por dónde van a ir los tiros, a partir del episodio del perro (más de 100 páginas llevaremos) te engancha hasta el final. Me ha sorprendido la baja valoración que tiene, pero yo la calificaría de una notable novela de intriga.
No le he pillado el punto. Demasiado misterio sin resolver.
Prescindible. Una historia de semi-terror sin más.
De menos a más. Una vez le coges el tranquillo al tono y ritmo de la obra (un poco lento y distante) se disfruta mucho. La resolución se ve venir de lejos, el final en un principio deja algo frío pero según pasa el tiempo me parece un grandísimo final.
Es una novela con muchos altibajos, y cambios de registros. Tarda, a mi entender, en iniciarse el misterio que detalla el argumento de la novela, e incluso cuando se desarrolla tampoco lo hace de un modo intrigante. Reconozco por otro lado que está bien escrita y con muy buenas descripciones, pero en global es un poco aburrida.
Había leído críticas buenas de este libro pero me ha parecido aburrido y carente del misterio y el sobrecogimiento que se espera de la lectura.
En general, me ha gustado, aunque ha habido momentos algo lentos. La atmósfera del libro me ha transportado a la mansión y parecía, en ocasiones, que la podía vislumbrar. El final podría haber sido más preciso, ya que es algo ambiguo y te deja que lo interpretes como creas conveniente.
Esta novela me ha decepcionado muchísimo, esperaba más de la autora que me atrapó en "Falsa Identidad", tenía grandes expectativas pero se han quedado todas en aguas de borrajas ya que me he encontrado con una historia simple y con unos personajes en lo que no se profundiza nada de nada. Me extraña muchísimo que Stephen King haya dicho lo que ha dicho de ella. No me recuerda nada esas historias maravillosas de Henry James que tienen un trasfondo genial con un terror psicológico que da auténtico pavor. Esta novela es una mera caricatura y una ñoñez, ladrillo que da mucho sopor: confieso que en ocasiones se me han cerrado los ojos. No la recomiendo.
Totalmente previsible, un argumento carente de misterio, he realizado casi una lectura en diagonal para poder avanzar y perder de vista, cuanto antes, esta novela.