Resumen y sinopsis de Punto de fisión de David Torres
«Las historias se hacen con trozos de otras historias». Como el monstruo de Frankenstein, el cuerpo tatuado de Julia o la hélice del código genético, este libro está hecho con fragmentos de distintas historias que se van uniendo para cobrar nueva vida. Uno: la novela de Sergei, un niño superviviente de Chernobyl que debe regresar a la zona de exclusión para recuperar, por orden de la mafia ucraniana, recuerdos de los refugiados. Dos: la aventura de Matas, un editor hipocondríaco al que, a partir de un gatillazo, todo empieza a irle mal. Tres: la odisea de Leonardo Zubiri, que sobrevive al impacto de un rayo y se convierte en autor de éxito urdiendo extraños relatos donde Franco se mezcla con Frankenstein y las disputas de una comunidad de vecinos cifran la historia del mundo. Y cuatro: las desventuras de Rodríguez, un inspector de policía que sigue los pasos de un insensato grupo terrorista. En el escenario de un Madrid descabalado, con la Cibeles decapitada por una explosión y bajo la amenaza del PICHY (Partido Independentista Chulapo ¿Y?), estas cuatro historias aparentemente inconexas van trenzándose en un audaz contrapunto hasta que finalmente todas desembocan en una sola historia: un formidable homenaje a la literatura y al ciego impulso de narrar.
Obra difícil de valorar. El autor demuestra capacidad para grandes cosas que en esta novela aparecen en combinación con capítulos menos afortunados. La novela se compone de cuatro historias independientes que empiezan a cruzarse a medida que nos acercamos al final. Diría que conjuga elementos excelentes, buenos, regulares y flojos. Entre los excelentes, el oficio para la prosa sutilmente florida y una estructura interesante engarzada por la pirueta que experimenta la historia de Leo. Entre lo bueno, destacaría la historia de Chernobil, estupendamente presentada y desarrollada. Regular, la confusión de estilos y tonos, unos graves, otros casi cómicos, que tienden a desenganchar al lector del libro en su conjunto. Y francamente flojo, varios capítulos soporíferos e intranscendentes y la historia entera del editor que parece escrita por un aprendiz con muchas prisas.
Desde luego, la portada y el título no hacen justicia al relato que nos encontramos entre sus páginas, y mucho menos invitan a comprarlo, es más, te produce un efecto de rechazo, o al menos a mí me pasó. Si no hubiera sido por algunas críticas que había leído, y desde luego eran buenas, no lo hubiera comprado jamás. Es una de esas joyas raras que te encuentran después de leer muchas tonterías y que tienen un éxito que no llego a comprender, pero éste es un libro estupendo, tiene de todo y su ritmo no decae en ningún momento, al contrario va creciendo más y más.
Lo recomiendo encarecidamente.