Resumen y sinopsis de ¡Absalón, Absalón! de William Faulkner
Quentin Compson vástago del linaje cuya ruina se describe en «El ruido y la furia» recrea, con la ayuda de su compañero de habitación de Harvard, los obstinados esfuerzos de Thomas Stupen para regir una gran plantación y fundar una dinastía. La destrucción y el fracaso son la conclusión final de una historia de violencia, orgullo, incesto y crimen.
En una carta dirigida a Harrison Smith —el editor en 1929 de El ruido y la furia— fechada un jueves de agosto de 1934, es donde empezamos a tener las primeras noticias de esta novela: «… Tengo un título para ella que me gusta, dicho sea de paso, ¡Absalón, Absalón!: la historia de un hombre que quiso tener un hijo a fuerza de orgullo, que tuvo demasiados, y al que sus hijos destruyeron». Este germen de su obra lo terminó Faulkner en Mississippi el 31 de enero de 1936. «Es una historia torturada y una tortura escribirla» le espetaría a su editor y amigo Ben Cerf. Faulkner siguió pensando la novela incluso después de haberla terminado.
Escribió una ordenada cronología. La genealogía incluía a diecisiete personajes y volvería sobre ello para nuevamente añadir a mano más detalles. Luego incorporó un mapa del condado de Yoknapatawpha y dibujó el Tallahatchie al norte y el Yoknapatawpha al sur, biseccionando verticalmente el condado con el ferrocarril de John Sartoris... Identificó cuidadosamente veintisiete lugares. Incluyó la extensión del condado y su población, y luego escribió: «William Faulkner, único dueño y propietario». Catorce años más tarde, en 1950, la concesión del Premio Nobel de Literatura constató que Faulkner era, es y seguirá siendo uno de los Maestros de la Literatura Universal, modelo de generaciones de escritores y lectores en todo el mundo.
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Obra cumbre de Faulkner, y por tanto de la literatura americana del siglo XX. Tremenda novela que estiliza el monólogo interior de "El Ruido y la Furia" y lo combina con el relato en tercera persona, insuflando un tempo y una fuerza descomunal al relato, que tan bien domina Faulkner. Un fresco del sur profundo americano de hace siglo y medio, de racismo y de incesto, pero también de apariencias, extrañas fidelidades e infidelidades, y orgullo desacerbado.
Una enrevesada serie de circunstancias definen a Faulkner en la mayoría de sus libros. Pero su lectura es fascinante, en cada una y todas las maneras en que se desenvuelve para llegar a subyugar a cualquiera.
Absalón, Absalón, es una obra compleja. No lo recomiendo para alguien que se acerque a Faulkner por primera vez. Representa, en mi concepto, un reto intelectual para el lector, pues su lectura no es sencilla. La historia en sí no es compleja, lo que hace complicada a la novela es que el autor construye la historia a través del punto de vista de varios narradores, y el lector tiene que descifrarla con lo que cada uno de los narradores aporta.
Me resulta imposible seguir las historias de este autor. ¡Debe de ser que escribe sólo para catedráticos!
Reconozco la complejidad técnica de las obras de Faulkner y las grandes aportaciones de este a la literatura y a un montón de escritores posteriores (muchos de ellos escritores en lengua castellana). La dificultad que uno encuentra al enfrentarse a la novela, va disminuyendo a medida que pasan las páginas y el lector, si ha estado atento, comienza a colocar las piezas del puzzle. La satisfacción que uno obtiene si consigue atar la mayoría de los cabos es suficiente compensación al esfuerzo realizado y corre el riesgo de que la siguiente novela que lea no le aporte más que tedio y aburrimiento como le pasa al jugador de ajedrez cuando juega a las damas.
William Faulkner es uno de los dos o tres mejores novelistas del siglo XX y Absalón, Absalón una de sus mejores obras. Pocos libros he disfrutado tanto. Su dominio del género es asombroso.