Ruido de fondo (David Gistau)

Resumen y sinopsis de Ruido de fondo de David Gistau

La trama gira en torno al asesinato de un seguidor del Bayern de Munich en París a manos de unos Ultra-Sur (grupo violento de estética skin seguidor del Real Madrid) en las horas previas al partido entre ambos equipos, que concluyó con la consecución de la Décima Copa de Europa de Fútbol por parte del equipo madrileño.



Un antiguo miembro ya rehabilitado de ese grupo, los Ultra-Sur, periodista de éxito, felizmente enamorado de su novia, deseando tener un hijo y económicamente desahogado, es enviado por su medio a cubrir, como columnista, ese partido.
 
De su pasado solo le quedaba ese sabor agridulce de saber que no has obrado con responsabilidad, los tatuajes propios de su ex-condición que le adornarán muy a su pesar durante toda su existencia y quizás, esa es su gran duda, un remoto expediente policial.

El destino quiso que, de la misma forma en que se separó del grupo, sin avisar y por sorpresa, se encuentre con tres ex-correligionarios ese fatídico día...en París...próximo al lugar del crimen...y a la misma hora de ocurrir el luctuoso suceso.

Una oportuna llamada a su móvil impide que sea espectador privilegiado de la trifulca que se produce y que termina con el aficionado alemán apuñalado y muerto.

Siendo miembro de este grupúsculo ocupó un puesto de relevancia en la cúpula de los mismos y, por lo tanto, gozó del respeto del resto de sus acólitos.
 
Nunca daba un paso atrás y se vanagloriaba de ello: violento, directo, sin escrúpulos, vamos el hijo que a nadie le gustaría engendrar.

Por todo ello, conocido de la Policía, de tiempos pasados sí, pero conocido y ésta goza de muy buena memoria y mejores archivos fotográficos.

¿Quién fue? ¿pudo ver algo? ¿las cámaras habrán captado su imagen?
 
De ocurrir esto último, de ser localizado ¿colaboraría con la Policía? ¿se convertiría en un delator? Esta posibilidad es la más odiada por los miembros de cualquier organización de ese estilo: No delatarse, aguantar el chaparrón y, llegado el caso..."comerse el marrón". Nunca la traición.