El esclavo de Almanzor

Resumen y sinopsis de El esclavo de Almanzor de José Luis Rodríguez Plaza

En la España de mediados del siglo X, la frontera entre los reinos cristianos del norte y el califato omeya asentado en Al-Andalus, la actual Córdoba, y extendido por gran parte de la Península, era un hervidero debido a las luchas provocadas por los musulmanes en su afán expansionista y la defensa a ultranza de sus territorios por parte de los cristianos.

Éstos, los cristianos, a su vez, luchaban entre ellos más de lo que cabría desear debido a las continuas traiciones provocadas entre los nobles, tanto por aumentar su cuota de poder o imponer a su monarca preferido, como por sucumbir, en su infinita codicia, al canto de sirenas provocado por las prebendas ofrecidas por los agarenos para aniquilar la unidad de sus enemigos y, con ello, debilitar sus fuerzas.


En aquella época, tres hermanos - Beltrán, Juan y la pequeña Jimena - acudían desde su pequeña aldea castellana en Tordomar al Monasterio de Valeránica donde, tutelados por el hermano Florencio, aprendían a leer y escribir al objeto de, el día de mañana, dejar atrás la pobreza endémica de los habitantes de la zona pudiendo, gracias a sus conocimientos, dedicarse a algo más fructífero económicamente que la agricultura o escasa ganadería.

En una de sus visitas y a través de un caballero que visita el Monasterio, se enteran de que los sarracenos van a llevar a cabo una razzia en su concejo para saquear sus víveres y entregárselos al ejército invasor y, en su afán destructor, asesinar a quien se oponga y capturar al resto para venderlos posteriormente como esclavos.
Ante las negativas, primero del caballero de ir a avisar a los habitantes del poblado por, según dice, tener otras obligaciones más importantes y segunda del hermano Florencio de no dejar ir al mayor de los hermanos a realizar ese aviso, por considerarlo peligroso, Beltrán decide por su cuenta escapar del cenobio y llevar a cabo la peligrosa misión.


Es en este momento cuando comienza la novela, cuando en ese afán protector hacia su familia y vecinos, Beltrán cae prisionero a manos sarracenas, no sin antes haber podido ver la devastación, el pillaje y el horror de la muerte sembrados por éstos en el pequeño concejo. Han arrasado todo, nunca volverá a existir.

Obviamente, este hecho supone la separación de los tres hermanos: el mayor, Beltrán, llegará a Al-Andalus donde será vendido como esclavo de por vida y los menores quedarán bajo la tutela de los monjes hasta que, unos años más tarde, puedan entregarles a oficios en los que ganarse la vida, Juan probablemente pueda tomar los hábitos y Jimena como ayuda de cámara de alguna señora.
Beltrán, en su desgracia, tiene la fortuna de caer en manos de solo dos amos, uno justo y bueno y el otro más interesado en los conocimientos adquiridos en el monasterio, que en la fuerza de sus brazos para trabajar en las labores de su hacienda.

La intención del segundo, un erudito natural de Torrox, es que transmita los conocimientos de la lengua cristiana a su hijo para que, en el futuro, este sea su digno sucesor y se entregue más a las letras que a las armas...Todavía no sabían que ese hijo despierto y con ganas de aprender sería el gran Almanzor.

A lo largo de las páginas de la novela y con todo lujo de detalles, se nos desgranan las vivencias de Beltrán y la relación con su amo. Se nos detalla la situación económica, política y territorial tanto de cristianos como de musulmanes, así como todos los movimientos que se producen alrededor de esas situaciones.

Mezcla personajes reales con los propios de la trama argumental, por supuesto ficticios, haciendo un ejercicio literario de altura que nos llega a convencer de la certeza de todo lo descrito.

Informa de cómo el hermano mediano, Juan, toma las armas y cómo la pequeña Jimena logra ser colocada en la corte de Navarra como dama de Dª Urraca, esposa a la sazón del monarca de esas tierras.


De forma curiosa y excepcionalmente trazada, la vida de los tres hermanos se entrecruzan a lo largo de la novela sin saber realmente quienes son. Tienen contactos ignorando su condición de hermanos y cada uno de ellos con intenciones bien distintas

Indudablemente, sus vidas discurren por derroteros diferentes y, mientras Beltrán se empieza a ahormar y a adoptar las costumbres y forma de vida musulmanas, apoyándose siempre en su inmenso odio hacia los castellanos a los que culpa de la desgracia familiar y de la suya propia, personalizados éstos en el caballero que se negó a ayudar a su pueblo y evitar así su destrucción, Juan odia al sarraceno por idénticos motivos de destrucción. Mientras, Jimena se limita a vivir feliz en la Corte pero añorando a ese hermano mayor que, siendo pequeña, tanto la cuidó y mimó.

Con excelente pluma, el autor escribe una biografía a tres bandas, las de los tres hermanos, desde el desgraciado día de la razzia agarena hasta el último de sus vidas, trufándolas de constantes sorpresas.

Paralelamente, nos describe con todo lujo de detalles la llegada de Almanzor a Al-Andalus (Córdoba) y el proceso de su ascenso desde la llegada de su Torrox natal, como un peregrino más, hasta llegar a alcanzar las más altas cotas de poder.

Entre medias, las luchas internas de la nobleza cristiana y los movimientos militares de conquistas y reconquistas aderezados con traiciones y fidelidades inquebrantables, tanto en un bando como en otro.