Resumen y sinopsis de Juegos de letras de Elizabeth Noble
Natalie y Tom son dos amigos desde que eran apenas unos niños, pero sólo amigos. Ahora a sus treinta y tantos años, Nat ve cómo su vida se desmorona: después de una larga relación ha roto con su novio; desprecia su trabajo; siente que las distancias con los suyos se van haciendo más y más grandes. En tales circunstancias, Tom reaparece para invitarla a probar un juego diferente, un divertimento para olvidarse de todos sus males. Le propone redescubrirse pasando los siguientes veintiséis fines de semana con él: cada uno diferente, cada uno con un tema original a partir de una letra del alfabeto: A de alpinismo, B de ballet, C de canoa...Alrededor del juego del alfabeto, varias tramas y relaciones amorosas irán cambiando de tono con el paso de los meses: de la felicidad aparente a la tediosa rutina; del deseo de lo prohibido a la aventura y la frustración del engaño; del agotamiento de los sueños en común a las nuevas ilusiones.
Ha participado en esta ficha: samucga
Convencional y banal, Juegos de letras no deja de ser una historia parecida a un guion de una mala película de sobremesa plagado de situaciones típicas, personajes inverosímiles e historias secundarias profundamente aburridas. Y todo esto en unas 300 páginas que parecen no terminarse nunca…
Elizabeth Noble firma la autoría de este despropósito romántico. Se dedica al género chick-lit, al que pertenece esta novela, y pese a que lo parece, esta no es su primera historia publicada. De cualquier manera, Noble me parece una escritora nefasta que posee un estilo de escritura simplón, vacío y ejecutado de manera lamentable. Todo ello lo consigue gracias a una prosa lenta, carente de atractivo y con un desarrollo que dan ganas de echarse a llorar, un lenguaje funcional y unas descripciones tan penosas como el tono general del libro. Pero todavía quedan los personajes. Construidos de manera horrible, no logran emocionarte o empatizar con ellos. La mayoría te parecen estúpidos, arquetipos de la clásica novela romanticona que no puede ser más tediosa ni con entrenamiento. Y esto se cumple a la perfección con la pareja protagonista, Natalie y Tom, que resultan tan obvios y predecibles que te quitan cualquier tipo de ganas que tuvieras de conocer su historia casi desde el principio.
Como he dicho antes, Juegos de letras tiene una historia que podría ser un film de lo más ridículo, de esas que no puedes soportar por sus agujeros de trama y su estupidez concentrada. Pero haremos una breve sinopsis para presentar mejor el contexto. Natalie y Tom son una pareja de amigos a la manera de Hollywood, es decir, con mucha tensión sexual no resuelta. Cuando a Natalie la deja el enésimo novio corre a refugiarse a los brazos de Tom. Pero este está cansado de esperar a que su amiga se dé cuenta de que es el amor de su vida (¡qué original!) y le propone un juego con la intención de conquistarla. El famoso “juego de letras” consiste en que cada fin de semana, uno de los dos le propondrá al otro una actividad que empieza por una letra del alfabeto. Y, como es obvio, conforme van jugando acaban descubriendo el amor y bla, bla, bla. Además de esta insípida historia principal, hay varias secundarias que consisten en analizar las relaciones de las personas relacionadas con los protagonistas. Así, conocemos a los Nicholas y Anna, padres de Natalie, a Bridget y Karl, y Susanah y Casper, las hermanas de Natalie, con sus respectivas parejas, así como a Patrick, el hermano de Tom, y su mujer Lucy. En estas historias se abordan diversos temas como la depresión, el agobio de la familia y la infidelidad, entre otros temas. Ni que decir tiene que son todas profundamente aburridas. Y todos sabemos cómo va a terminar esto. El desenlace es un happy ending de manual en la mayoría de las historias. La autora ha decidido “equilibrar” tanto amor con un poquillo de desamor. Aunque no es suficiente para diluir tanto azúcar…
Definitivamente Juegos de letras es una lectura pesada en la que no merece la pena invertir tiempo y/o esfuerzo. Mi consejo es que huyáis lo más lejos que podáis de este alfabeto demoniaco. Y es que mostrar otra vez lo “bonito” que es el amor ya no es ni útil ni interesante ni siquiera hermoso. Es un coñazo en toda regla, más que nada porque no es cierto. Pero si a pesar de mis advertencias os decidís a embarcaros en este estúpido juego, conseguid toneladas de paciencia y mucha agua para disolver tanta dulzura y así poder tragar tanto amor.