No suelo leer poesía, aunque la aprecio muchísimo por su belleza lírica. Sin embargo en este libro la poesía se pone al servicio del autor para describir la realidad cotidiana de la forma más grotesca que he podido leer alguna vez en mi vida. Con sinceridad, no merece la pena leerlo.
No suelo leer poesía, aunque la aprecio muchísimo por su belleza lírica. Sin embargo en este libro la poesía se pone al servicio del autor para describir la realidad cotidiana de la forma más grotesca que he podido leer alguna vez en mi vida. Con sinceridad, no merece la pena leerlo.