Resumen y sinopsis de La sabiduría recobrada. Filosofía como terapia de Mónica Cavallé Cruz
Mónica Cavallé nos muestra en este libro una realidad olvidada: la filosofía no es el reducto de unos pocos. Tampoco es un conocimiento meramente intelectual, ni un saber que, como se ha pretendido durante siglos, por su naturaleza oscura, deba ser expresado mediante una jerga incomprensible para las personas comunes. Todo lo contrario. Con una claridad meridiana, con rigor histórico y de un modo ameno al alcance de todos, la autora nos recuerda un hecho incuestionable: la filosofía ha sido, desde la antigüedad, una sabiduría relacionada con un modo de vida y accesible a todo aquel que se acerque a ella sin prejuicios y buscando la autenticidad.
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Hace unos meses remití un e-mail a su autora, Mónica Cavallé, surigiriéndole la conveniencia de que escribiera un tratado sobre filosofía perenne. Pensaba que después del famoso librito de Aldous Huxley de ese título, tan conocido por todos, que vio la luz hace ya más de sesenta años, no se había publicado ninguna monografía con ese enfoque esencial de la filosofía. Si alguien, en nuestro ámbito lingüístico, estaba llamado a escribir ese tratado, no podía ser nadie más que Mónica Cavallé, dada la brillante trayectoria de esta filósofa, especializada en estudios comparados entre los pensamientos de Oriente y Occidente, pionera en España del asesoramiento filosófico y profunda conocedora de una de las fuentes principales de filosofía perenne: el Vedanta Advaita, que había sido el eje central de su tesis doctoral.
Cuando por fin llegó a mis manos un ejemplar de este libro y tuve la oportunidad de leerlo, caí en la cuenta de que la escritora se había adelantado en más de una década a mi sugerencia. El libro que yo pensaba debía escribirse, esa filosofía perenne después de Huxley, no era otro que “La sabiduría recobrada” (subtitulado "Filosofía como terapia").
A pesar de la excelencia del libro –o quizás precisamente por eso- un extraño signo adverso parece cernirse sobre él. En primer lugar hay que decir que, hoy por hoy, el texto no parece fácil de encontrar en nuestras librerías. Después de recorrer varios establecimientos de Barcelona en su busca, saqué la impresión de que sus dos ediciones (la primera de Martínez Roca de 1995 y la segunda de Oberón, Grupo Anaya, de 2002) topaban con dificultades inexplicables para su distribución, a pesar de no estar oficialmente descatalogadas.
Otra anécdota curiosa que gravita sobre el libro: más de 60 páginas del texto fueron casi literalmente copiadas por un avispado psicoterapeuta de relumbrón, de esos cuyas publicaciones ocupan lugar de privilegio en los anaqueles de “autoayuda” de las librerías de los centros comerciales… Ese pillo plagiador suplió con tan indecorosa artimaña su escasez de talento, de tal modo que su impresentable refrito, enriquecido con esos “retales” sustraídos, consiguió ventas millonarias…, mientras que el original, “La sabiduría recobrada”, permanecía casi desconocido… ¡Oscuros milagros del marketing! En la red puede encontrarse abundante información sobre este suceso.
Pero hablemos un poco del contenido del libro, que es lo verdaderamente importante. Ya en la introducción la autora nos explica que existen “dos filosofías” bien distintas, que acaso solamente comparten el nombre. Una sería la que convencionalmente se entiende como tal, la filosofía disciplina intelectual, especulativa, académica, que es esencialmente racional y erudita, patrimonio de profesores y especialistas. Otra es la filosofía fiel a sus orígenes, que pretende la transformación del propio filósofo y que es para ser vivida. Esta última es la sabiduría o filosofía perenne.
El texto no tiene desperdicio, desde el principio al fin todo es apretada sustancia. La autora, de modo seguro, nos va guiando por los caminos en que esa sabiduría inmemorial se ha ido manifestando a lo largo de la historia, a la par que va desgranando las notas esenciales que la caracterizan; y todo ello con un discurso no exento de pasión que engancha al lector y le hace recorrer con interés todas sus páginas. Para no entretenerles con mis comentarios personales, que en sí son de escaso interés, les remito, como anticipo, a que lean un capítulo del libro que se halla publicado en la página web de Mónica Cavallé ( http://www.monicacavalle.com/armonia.pdf ).
Antes de cerrar este comentario, me gustaría dejar bien en claro un extremo que me parece importante: no se debe confundir esa literatura, hoy por desgracia tan extendida y popular, que se ha dado en llamar de “autoayuda” (un servidor piensa que ese nombre quizás quiere decir que ayuda a que sus autores se compren lujosos autos) con textos escritos con sabiduría y honestidad, que orbitan en la influencia de la filosofía perenne, como es el caso del libro reseñado aquí de Mónica Cavallé. Pertenecen a categorías bien distintas. Aunque un examen superficial pudiera concluir que tratan temáticas afines, sus diferencias de enfoque son tan grandes -incluso desde un punto de vista estrictamente literario- como distintas resultan las calidades gastronómicas de un restaurante de comida rápida y otro de alta cocina.
Como vivimos en las ciudades en espacios muy reducidos y en nuestros pisos apenas queda sitio para nada, es preciso ser muy selectivos con lo que guardamos. Por ello me permito darle, amigo/a lector/a un pequeño-gran consejo: Reúna todos los libros de “autoayuda” que tenga en casa y bájelos rápidamente al contenedor de la basura, así ganará espacio para almacenar textos que realmente valgan la pena. El que esto escribe hizo eso hace ya algunos años y considera que fue una de las decisiones más acertadas que tomó en toda su vida.