Resumen y sinopsis de Corazón indio de Nieves Herrero
Lucas Millán es un muchacho de 17 años, con toda la vida por delante... Una vida que está a punto de truncarse por un grave accidente que obliga a que le realicen un trasplante de corazón. Aunque la operación es todo un éxito, durante la convalecencia Lucas empieza a tener extraños sueños y a sentir que hay otra alma viviendo dentro de su cuerpo: el alma de un indio de las praderas.
Aburrida y tediosa, Corazón indio es un intento burdo y ofensivo de una novela de aventuras, enfocada (supongo) al público joven. Y es que la mezcla de los “pieles rojas” con andaluces de pura cepa no encaja ni a martillazos. Si a eso le añadimos 400 páginas de diálogos de besugos, historias secundarias superfluas y una trama principal que dan ganas de reírse por lo mala que es, tenemos la combinación perfecta para mantenernos alejados de este libro.
Nieves Herrero, autora de este bodrio, es una reconocida periodista en España, donde fue presentadora de noticias durante muchos años. No conocía su faceta literaria y, sinceramente me arrepiento mucho de haberlo hecho. Herrero es una escritora mediocre con un estilo de escritura burdo, simplón y ejecutado de manera nefasta. Cuenta con una prosa lenta (incluso en las escenas de “acción”), facilona y terriblemente mal desarrollada, un lenguaje funcional pese a los términos en apsaalooke (idioma de la tribu Crow) y unas descripciones excesivamente básicas y muy mejorables que, si bien es cierto que cumplen con su cometido, no te trasmiten nada ni te transportan a ningún sitio. Y luego están los personajes. Aquí es donde la autora mete la pata hasta el fondo. El protagonista, Lucas, es estúpido e irritante. Imbuido en unos dramas adolescentes tópicos, con una familia excesivamente liberal que le deja hacer lo que quiere, no parece sorprenderle nada la situación y acepta la magia a su alrededor como algo inevitable en vez de algo sumamente especial. El resto de los personajes oscilan entre lo anodino, lo odioso y lo profundamente estúpido. Tampoco tienen tanto peso en la novela como para que te importen demasiado.
Corazón indio trata sobre una historia infinitamente trillada, que la ciencia no ha conseguido desmentir del todo pero que parece más digna de una trama de ciencia-ficción, la memoria orgánica. Es decir, cuando los órganos de un ser humano presentan “recuerdos” de la persona a la que pertenecieron originalmente y los proyectan en el nuevo receptor. Y si a esto le unes el título, podéis averiguar qué es lo que ocurre. Pero para hacerlo más sencillo, ahora os contaré de qué va todo esto. Lucas tiene un accidente de tráfico que le destroza el corazón. En cuestión de horas, recibe un trasplante de un donante recién fallecido. Tras la recuperación, Lucas comienza a tener recuerdos que no le pertenecen. Es entonces cuando Brad y Joseph, ambos miembros de la tribu india Crow, le cuentan que ha heredado los poderes de Kendall, un joven especial que se disputaba con Iktomi el liderazgo de la tribu. Ahora Lucas tendrá que ayudarles a encontrar una poderosa figurilla de un pueblo antiguo. Pero el camino es peligroso y Lucas tendrá que aprender a manejar sus poderes, al mismo tiempo que se interesa sobre la filosofía y la manera de vivir de los indios y lucha por conquistar el corazón de la mujer que ama. Hasta aquí todo parece muy interesante, ¿no? Pues no. La novela es insufrible, en parte porque la historia principal es confusa, tediosa y poco creíble, ¿indios robando el patrimonio cultural y sagrado de otro pueblo solo porque unos años atrás un marinero extraño les contó una leyenda? No parece muy probable si nos atenemos a lo que sabemos acerca del respeto de los nativos americanos por la tierra y por otras culturas. Además de esto, soportar las tontunas adolescentes y los amores de verano, acabó con mi paciencia y me costó una barbaridad poder acabarla. Y dicho sea de paso, el final es horrendo. Y es que termina de manera abrupta y encima es un final abierto, en espera de siguientes partes, que no pienso leer.
En suma, Corazón indio es todo un absoluto pestiño. Algo bobo, intrascendente y prescindible que, en primer lugar, no debería haber sido publicado. Así que leerlo es perder el tiempo de manera segura. Por eso mi consejo es que huyáis de este tipo de lecturas, que no entretienen ni durante la época estival. Y es que esta novela, que debería haberse ubicado en EEUU en vez de en España, te recuerda a esas malas producciones cinematográficas de serie B que pretenden emular al cine hollywoodense, y cuyo resultado es solo un casposo film lleno de situaciones descabelladas y actores de tercera. Y es que así es Corazón indio, un espagueti western intentando emular a una de esas grandes películas del oeste.
Destaca en la novela lo bien documentada que está, aporta muchos datos relativos a los trasplantes y también sobre el pueblo indio. La historia en sí misma no es mala, es un argumento interesante, pero creo que Nieves Herrero no ha sabido plasmarlo. El libro empieza muy bien, te engancha, pero a medida que avanzas comienza a resultar aburrido. Particularmente no me ha gustado la forma de escribir de la autora, quizás porque esté orientado más al público juvenil, pero me ha parecido muy simple.