Resumen y sinopsis de Por la vieja calzada de Tlacopan de Artemio de Valle Arizpe
Fue esta calle testigo de la llegada de los españoles. Por ella pasaban los españoles, admirados del orden y la pulcritud de la ciudad mexica y del dulce hablar de sus habitantes, quienes a su vez, quedaban sorprendidos de aquellos hombres blancos y barbados, a veces en extraña fusión con animales de cuatro patas. Don Artemio en este libro nos relata que al principio, las casas que se construyeron sobre esta calle eran lóbregas, con pocas ventanas al exterior, altos y gruesos muros de tezontle, y protecciones de hierro de Vizcaya. Este aspecto amenazador era para proteger a quienes moraban en estas residencias de las insurrecciones indígenas. Luego, ¿Cuando las costumbres se fueron suavizando, también las edificaciones adquirieron más gracia; sus puertas, sus ventanas, sus balcones, sus patios, se alegran con las gráciles galas de la churriguería o con las ufanías del barroco. Tenían gracia, pero no perdían altiva majestad aquellos caserones coloniales.
Ha participado en esta ficha: Nahui Ollin
En este libro Don Artemio nos relata las historias de la hoy calle de Tacuba es uno de los sitios predilectos de la historia y la leyenda. Su trazo es herencia de la calzada de Tlacopan, y era una de las tres salidas de la gran ciudad de Tenochtitlan a tierra firme, y hoy, existen en él bellos edificios coloniales y los pocos vestigios arquitectónicos que han dejando las numerosas transformaciones del centro histórico. como el Palacio de Minería, el Museo Nacional de Arte, construido en el Porfiriato para ser sede del Palacio de Comunicaciones; el Palacio de Bellas Artes, el convento y la iglesia de San Hipólito, donde actualmente se venera a San Judas Tadeo; el Palacio de la Pinillos, que hoy alberga al Museo de San Carlos...