Resumen y sinopsis de La juguetería mágica de Angela Carter
«El verano en que cumplió quince años, Melanie descubrió que era de carne y hueso». Con este arranque empieza La juguetería mágica, una de las mejores y más célebres obras de Angela Carter: una novela iniciática sobre el despertar a los misterios del cuerpo y del alma y sobre el siempre violento descubrimiento de ese reino del caos y lo inesperado que es la vida.
Una noche, Melanie camina por el jardín con el vestido de boda de su madre y, a la mañana siguiente, todo su mundo se ha hecho añicos. Así de simple, así de inconcebible. Melanie y sus dos hermanos pequeños se verán obligados a mudarse a Londres, a casa de tío Philip, un huraño y genial fabricante de juguetes que vive con su esposa Margaret –una mujer «frágil como una flor prensada», muda desde el día de su boda– y los dos extravagantes hermanos de ésta. Tras una infancia idílica en la casa familiar, Melanie se ve ahora confinada en un entorno opresivo y delirante, lleno de artilugios y mecanismos creados por su tío, inquietante personaje acostumbrado a tratar a las personas como si fueran otros de sus títeres.
La atmósfera gótica, la prosa exquisita y los guiños traviesos e iconoclastas que han convertido a Carter en una de las autoras británicas más reconocidas del siglo xx hacen de La juguetería mágica un clásico imprescindible sobre el rito de paso de la adolescencia a la madurez, el despertar a la sexualidad y la rebeldía femenina, que generación tras generación es redescubierto por lectores en todo el mundo.
Ha participado en esta ficha: ERB_Lector
Mala, malísima novela. No tiene nada de gótica como se la clasifica. Los personajes son casi repugnantes, vacíos e insulsos. La historia es tan frágil, que no dan ganas de seguir leyendo. El final absurdo a más no poder. Y por si fuera poco, no hay magia alguna en la novela.
Interesante y a la vez perturbadora, Angela Carter logra en La juguetería mágica retorcer todos los elementos de los cuentos consiguiendo una novela única que aúna tradición y vanguardismo.
Al principio la narración te resulta un poco caótica y confusa. La autora escribe muy bien, pero da una impresión celeridad, como si quisiera contar demasiadas cosas en poco espacio. Así ocurre, que en una misma página, se puede cambiar de tema hasta tres veces consecutivas, generando una sensación de desorientación al lector. Sin embargo, poco duran estas impresiones, ya que cuando te acostumbras, se te hace raro que la autora baje el ritmo en ciertas partes.
Con la historia pasa algo similar que con la escritura. Al principio te parece un sinsentido. Pero eso también dura muy poco, ya que pronto te das cuenta de por donde va la historia. Hay momentos, en que todo resulta un poco ilógico, pero en vez de entorpecer, enriquece la lectura. La única pega de la historia es el final. No porque sea malo, si no por que es abierto, aunque esperanzador, pero te deja con ganas de más.
En definitiva, el primer libro de Angela Carter que leo, ha sido curioso y entretenido. la autora conoce muy bien los elementos de la literatura popular y, en consecuencia, puede deformarlos adecuadamente, dando cuerpo a una historia única.