Resumen y sinopsis de Como una historia de terror de Jon Bilbao
Premio Ojo Crítico de Narrativa 2008. Una pareja abandona la ciudad para rehacer su vida en una casa construida a espaldas de un viejo bosque. Apenas instalados en ella, la mujer es asaltada en un sueño por la imagen de una invasión de ardillas. Intentan tomar la casa. En el sueño, Bambú, el perro de la pareja, las enfrenta y se pierde tras ellas en la espesura. Al día siguiente Bambú ha desaparecido. Desde ese momento, en las pesadillas de la mujer los roedores seguirán acechando la casa con creciente violencia en cada ocasión, como una horda de inquietantes emisarios del bosque.Como en las buenas historias de terror.
Un matrimonio de envidiable posición se muda a una casa de paredes transparentes construida junto a un bosque, en busca de paz y tranquilidad. Sin embargo, el contacto con una naturaleza que se revelará pronto como hostil les hará enfrentarse a lo que más temen, pues su huida de la gran urbe es una huida también de sí mismos y sus problemas. Pronosticando en cierto modo la fuga hacia lo rural, el autor construye un clima de amenaza y una atmósfera cargada que recuerda a eso que actualmente conocemos como “folk horror”, evocando el género gótico y los cuentos clásicos con una fuerte presencia además de los sueños, la fauna salvaje que aparece en ellos y la acción de una criatura ancestral. El manejo hábil de estos mecanismos incluye un factor de metaficción en torno a las historias de terror, sus símbolos y arquetipos, y cómo no, una sorpresa; descubrimos que ese elemento amenazante en realidad es muy humano y muy real, la presencia del extraño amable que se introduce en tu vida y no puedes escabullirte de él ni de sus manejos.
Los otros seis relatos que forman el libro inciden en gente normal, a menudo parejas desgastadas por la rutina, que en todo caso se ven arrancadas de su entorno cotidiano, de manera buscada o no, para encontrarse con una cara de sí mismos que desconocían, no pocas veces inquietante, o con una aventura absurda y truculenta que les pondrá a prueba. Destaca en ellos el estilo sin estilo de Jon Bilbao, directo, lacónico, serio pero con una risa muy discreta por debajo; sin que parezca faltar o sobrar una palabra, que es lo que proporciona efecto y ambiente a las narraciones.
Un ejemplo claro es “La Fortaleza”, donde unas vacaciones presididas por la desgana y la falta de emoción son de pronto perturbadas por una extraña pareja de desharrapados; unos “dobles” del aburrido matrimonio protagonista, que les comprometen y asedian y a la vez les generan entre repulsión y cierta envidia, en cuanto al alocado estilo de vida que exhiben. La confusión de identidades, la crueldad, una sexualidad explícita y un despiadado humor negro se apoderan de la situación, muy a la manera kafkiana.
“El ladrón de lencería” nos presenta a alguien que desde siempre ha sido discriminado por su físico, acomplejado y apocado, pero a quien el azar un día le coloca en una posición de poder y superioridad, permitiéndole dar rienda suelta a sus perversiones y manipular los destinos ajenos. Se mete en unos líos que, lejos de traerle problemas o ponerle en un callejón sin salida, le harán consumar tal vez una retorcida venganza del de abajo contra el de más abajo aún, parapetado tras las apariencias más idílicas que pueda ofrecer la vida en comunidad.
“Prolegómenos” y “Rata” son cuentos más cortos y elípticos: el primero es la viva imagen, no sabemos si irónica, de esa forma de vida precaria, decadente y muy del siglo XXI en la ciudad, de gente sin complejos, cercana al mal gusto y la ordinariez, pero que goza en medio de una feliz liberación de convencionalismos y ataduras tanto materiales como personales; todo es el gran prólogo de un encuentro sexual de alto voltaje (y ya de paso, al resto del libro también), con un misterioso juguete sexual, de los cuales nada llegamos a conocer con certidumbre. El otro es una fábula que transcurre en el entorno de una gran empresa, con jefe todopoderoso empeñado en ser un hipotético padre lleno de bondad y unos empleados que guardan su resentimiento, el cual aparecerá encarnado bajo la forma de un animal peludo de cuatro patas que sacará las frustraciones al exterior.
“Después de nosotros, el diluvio” trata de la excursión de unos universitarios por el oeste de los Estados Unidos (al contrario que en los textos anteriores, aparece aquí acotado el espacio geográfico y temporal, así como los nombres de los personajes) y de cómo esta se salda con un brote de violencia insólito con el que dar pie a frustraciones personales, descargándolas sobre un individuo, y aquí resulta muy acertada y real su caracterización, absolutamente odioso. Semejante a un paréntesis en sus vidas, propiciado por el contacto con la naturaleza, el clima adverso y las tensiones acumuladas, este acto brutal, no menos cruel pese a que incluso empaticemos, tiene lugar en medio de una complicidad inquietante y va seguido de un sentimiento de desahogo y libertad; el de una voz narradora que inspira desconfianza, como si no nos contara todos sus secretos.
Acabo con mi preferido de los siete, que es “El hambre en los alrededores del lago”. Dos tramas, la de un escritor en busca de inspiración que planea ayunar durante días en una casa perdida en medio del campo, la de un muchacho huérfano, solitario, que sobrevive como puede mediante la cría de palomas e intenta pagar sus deudas. Es una especie de western o de noir rural, en torno a seres desarraigados, secretamente dominados por agentes externos, pero que buscan una difícil independencia y desprenderse de lo que les frena; sólo lo conseguirán mediante un acto desesperado, redentor, una renuncia dolorosa que es también un gesto de gran altura moral.