Resumen y sinopsis de Fiesta en la madriguera de Juan Pablo Villalobos
A Tochtli le gustan los sombreros, los diccionarios, los samuráis, las guillotinas y los franceses. Pero Tochtli es un niño y ahora lo que quiere es un nuevo animal para su zoológico privado: un hipopótamo enano de Liberia. Su padre, Yolcaut, un narcotraficante en la cúspide del poder, está dispuesto a cumplir todos sus caprichos. No importa que se trate de un animal exótico en peligro de extinción. Porque Yolcaut siempre puede. Tochtli vive en un palacio. Una madriguera recubierta de oro en la que convive con trece o quizá catorce personas: matones, meretrices, dealers, sirvientes y algún político corrupto. Además está Mazatzin, su profesor particular, para quien el mundo es un lugar lleno de injusticias donde los imperialistas tienen la culpa de todo.Ha participado en esta ficha: ERB_Lector
Este libro me ha tocado bastante, y hay diversos aspectos que quiero comentar sobre él. Inicialmente, poner sobre la mesa mi experiencia con el narcotráfico y los narcotraficantes: pese a que nunca hubo uno en mi familia, tuve varios amigos y vecinos que se fueron por ese camino, y hoy en día están muertos o en la cárcel. Crecí en una zona turística, entre casaquintas y viviendas campestres de lujo, y tuve varios vecinos "traquetos": uno de ellos, el que hacía los más enormes derroches de opulencia y mal gusto, socio del famoso Chapo Guzmán, mandó ejecutar a decenas de personas en represalia por el asesinato de su esposa, la mamá de un niño de gafas llamado Freddy, que no era propiamente mi amigo, pero sí lo conocía y era amigo de muchos de mis amigos. Y esta es la historia de un niño como Freddy, llamado Tochtli, narrada por él mismo, hijo de un capo de la droga, que cuenta de forma ingenua su relación con las pocas personas que conoce: su padre, sanguinario, déspota y machista; Mazatzin, un preceptor orientado políticamente hacia la izquierda y antiyanqui, y varios empleados, guardaespaldas, cocineras y modelos que completan el cuadro.
Resulta desgarrador ver como Tochtli se va llenando de traumas y complejos. Su padre, brutal y despiadado, lo obliga a presenciar escenas de violencia para que se vaya acostumbrando, y le llena la cabeza de ideas machistas, al tiempo que le satisface todos sus caprichos, comprándole obsequios en cantidad, hasta el punto que viaja con él a Liberia para intentar conseguirle un hipopótamo enano, con el cual se ha encaprichado Tochtli. Por otra parte, se aborda la problemática social relacionada con el flagelo del narcotráfico de una manera a veces directa y otras veces tangencial, pero suficiente para que el lector continúe el ejercicio y ponga las piezas restantes del rompecabezas como parte de su interacción. Es un espejo de la cultura mexicana y latinoamericana, con sus falencias y problemas estructurales, e incluso mete referencias constantes a elementos gastronómicos como el pozole y hasta la música de José Alfredo Jiménez y su eterno clásico "El rey", que sin duda sería el principal corte de una hipotética banda sonora asociada a este libro.
El libro estaba para cuatro puntos, pero el autor se metió mucho en el papel de narrarlo como un niño y, la verdad, me cuesta un poco leerlo de esa forma. En la historia Tochtli intenta hacer gala de unos cuantos términos que no le parecen muy comunes y se repiten hasta la saciedad. Entiendo que fue el recurso que decidió emplear para contar su historia, pero esos caminos a veces son riesgosos. En términos generales la historia es bastante entretenida, a veces fuerte y descarnada, y toca de una manera inteligente esos puntos álgidos de un problema social que hemos vivido mucho tanto en México como en Colombia.