Resumen y sinopsis de Maravilla en el país de las Alicias de Antonio Altarriba
Una mujer bella e inteligente como Penélope, ¿permaneció fiel a Ulises durante tantos años pese al acoso de sus cien jóvenes pretendientes, o se dejó arrastrar por la tentación? Sabemos cómo transcurrían las noches de Sherezade, pero ¿con qué experiencias nutría la ficción de sus mil y una historias? Con respecto al doctor Frankenstein, ¿tenía tendencias necrófilas, o compensaba la melancolía de su morboso experimento con la carnalidad mucho más viva de otros placeres? Y la joven Alicia, ¿pervivió su mundo maravilloso cuando se hizo adulta?, ¿qué prodigios le aguardaban al otro lado del espejo cuando la sensualidad se infiltró en su cuerpo?
Increíblemente pesada, Maravilla en el país de las Alicias es un galimatías tal y como su extraño título da a entender. Un burdo intento de literatura para adultos que se pierde entre los muros del aburrimiento más enorme e inconcebible que nadie sea capaz de comprender. Con estos datos no sorprenderá saber que terminar sus poco más de 190 páginas resulta un triunfo casi comparable a las grandes gestas de antaño.
Nunca se había cruzado en mi camino lector Antonio Altarriba, autor de este soberano bodrio. Y me da rabia que su obra me haya gustado tan poco, porque no es un mal escritor aunque su estilo de escritura resulta excesivamente grandilocuente y muy rebuscado. Su prosa, a la altura de las circunstancias, me resulta lenta, tediosa y muy pedante. El lenguaje muy correcto con algún pasaje lírico de gran belleza y las descripciones bastante gráficas aunque sin caer en el sensacionalismo banal que utilizan otras novelas del mismo género.
En realidad, Maravilla en el país de las Alicias es una antología que reúne cuatro relatos que tienen dos características en común. La primera es que todos tienen contenido erótico. Y la segunda es que cada historia tiene como protagonista a un personaje literario famoso. Así que entre sus páginas nos encontramos con Penélope, la olvidada mujer de Ulises en la Ilíada, siempre acosada por sus pretendientes a los que procurará escarmentar con ayuda; a Sherezade, que aprende el placentero arte de narrar y transmitir historias de una manera muy diferente a la que nos contaron en “Las mil y una noches”; a Víctor Frankenstein, cuyos experimentos científicos no le impiden pasearse por los burdeles de Ingolstadt, y a una crecidita Alicia que es capaz de encontrar las “maravillas” más terrenales sin tener que desplazarse a otro país.
Las historias son originales, lo reconozco. El problema radica en cómo están escritas y desarrolladas. El autor tiende a alargar las tramas de manera excesiva y tanta pedantería acaba matando la poca naturalidad que pudieran albergar sus historias, hasta el punto de que deseas acabar con la tortura de leerlas de una vez.
Definitivamente, Maravilla en el país de las Alicias es un libro aburrido que no te logra enganchar pese al “erótico resultado” que presentan sus historias. Así que mi recomendación es que huyáis de él mucho más rápido que aquel conejo blanco que siguió Alicia (la original, la de Carroll) porque iba a llegar tarde a su cita. Si lo hacéis no visitaréis el país de las maravillas, pero al menos no caeréis en una pesadilla insufrible.