Resumen y sinopsis de La túnica azafrán de Lobsang Rampa
Desenmascarado ya el misterio que al principio envolvía las obras de Lobsang Rampa, cada novela suya supone una nueva aportación en su intento por desentrañarnos los misterios del viejo Tíbet, región desconocida pero apasionante para nosotros.
En medio de la atmósfera pura del Himalaya, lugar propicio para la meditación y el silencio, se levanta la gran lamasería de Potala, donde, siendo muchacho, Lobsang fue a estudiar las enseñanzas de Buda. A través de las impresiones de este joven acólito, llegamos a conocer la vida del príncipe Gautama, su descubrimiento de las Cuatro Nobles Verdades y el estado del Nirvana. Quienes hayan leído las experiencias de Rampa en los ocultos confines del Tíbet se sentirán fuertemente impresionados por este relato personal donde Lobsang, hasta entonces un joven atrevido y hasta desobediente, se convierte en un hombre agudo y profundo, dotado de cualidades sensoriales excepcionales.
En un mundo invadido por la automatización y la técnica, La túnica azafrán habrá de constituir, sin lugar a dudas, una auténtica bocanada de aire puro para nuestros atormentados espíritus occidentales.
Como novela tiene poco interés, pero sí que es una forma amena para descubrir el mundo y la filosofía del budismo en su vertiente tibetana. Sobre todo destacaría la crítica que hace de una sociedad muy jerarquizada, muy cerrada y tradicional. La forma de tratar a los niños, las condiciones de vida tan penosas de los monjes, el trabajo en un régimen de esclavitud, la violencia sobre los más débiles. Todo ello nos hace replantearnos la visión de una sociedad idílica de paz y amor que tenemos sobre ese mundo.
Evitaré entrar en la polémica sobre la autenticidad o no de lo que este y los otros libros de Lobsang Rampa relatan. Esta novela me resultó amena y agradable. Aprecio especialmente en ella un toque ingenuo que agradezco en esta época de tanta literatura cruda y áspera.