Enrolado en un naturalismo desesperante, esta obra destaca malos muy malos (como las telenovelas argentinas) y los otros muy desvalidos y resignados (también como las telenovelas argentinas). A pesar de lo exagerado y sórdido de las situaciones, se lee con interés. El español de Palacio Valdés es un placer. Hay intriga y uno quiere saber el desenlace, que no es grato.
Enrolado en un naturalismo desesperante, esta obra destaca malos muy malos (como las telenovelas argentinas) y los otros muy desvalidos y resignados (también como las telenovelas argentinas). A pesar de lo exagerado y sórdido de las situaciones, se lee con interés. El español de Palacio Valdés es un placer. Hay intriga y uno quiere saber el desenlace, que no es grato.