Resumen y sinopsis de El fotógrafo que hacía belenes de Eloy M. Cebrián
Navidad de 1999. El mundo se prepara para el fin del milenio. Como un anticipo de catástrofes venideras, una ola de crímenes sacude la ciudad. Pero esto no inquieta al solitario protagonista de esta historia, a quienes encontramos dando los últimos toques a su belén. Lo que nuestro fotógrafo ignora es que está a punto de embarcarse en la más extraña e hilarante de las aventuras. En su particular descenso a los infiernos le servirá de guía el inspector Facundo Moya, un policía fascista y brutal que, sin embargo, es tal vez el único héroe en un mundo de canallas. El fotógrafo que hacía belenes no trata sobre fotografía ni sobre belenes. Es más bien un relato sobre la mala vida, habitado por personajes menesterosos, violentos, sádicos y marginales, pero a la vez entrañables, instalados el submundo de la provincia, esa provincia rancia y un poco cutre que aún pervive en ciertos localismos actuales. A su vez es el retrato del mundo al revés: malos con un barniz de sensibilidad que son expertos en la obra de Borges, héroes que se abonan al machismo más feroz y a la obscenidad de un lenguaje políticamente incorrecto. Aúna en el vértigo de sus páginas la novela negra -ecos de García Pavón, Muñoz Molina o Chandler-, la novela costumbrista, (pero un costumbrismo alucinado y solanesco, en los antípodas de Clarín), y la novela de humor, hilarante y con un fondo de ternura, como nos enseñó Cervantes. Y servido todo ello con un lenguaje vivaz, vibrante y efectivo, cuyo dinamismo obliga al lector a recorrer sus páginas sin tregua y sin respiro.