Resumen y sinopsis de Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
Ensayo sobre la ceguera es la ficción de un autor que nos alerta sobre «la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron».
Un hombre parado ante un semáforo en rojo se queda ciego súbitamente. Es el primer caso de una «ceguera blanca» que luego se propaga de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la ciudad, los ciegos tendrán que enfrentarse a lo más primitivo de la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a toda costa.
Con esas premisas, José Saramago traza una imagen aterradora y conmovedora de los tiempos de crisis. También, en el cruce de la literatura y la sabiduría, nos exhorta a los lectores a cerrar los ojos y ver más allá de las evidencias. Recuperar la lucidez y rescatar el afecto son dos propuestas fundamentales de una novela que es, además, una reflexión sobre la ética del amor y la solidaridad.
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Gran libro, gran historia y gran manera de contarla. Se sienten diferentes emociones a lo largo del libro y te adentra en la historia poco a poco. Muy entretenido y nunca te aburre. Lo recomendaría totalmente.
Un libro muy original que puede resultar de difícil lectura por el estilo de Saramago. La historia es interesante y el autor logra crear un ambiente apocalíptico que atrapa al lector.
Una maravilla, el libro más completo de Saramago. Nos cuenta su visión de la sociedad llevada al límite, por momentos es asfixiante, por lo que nos cuenta y cómo lo cuenta, ahora no tenemos dudas de que este libro puede ser muy real.
En un primer momento un hombre, parado en un semáforo, se queda ciego. El autor nos lo cuenta de este modo:
[…]
Algunos conductores han saltado ya a la calzada, dispuestos a empujar al automóvil averiado hacia donde no moleste. Golpean impacientemente los cristales cerrados. El hombre que está dentro vuelve hacia ellos la cabeza, hacia un lado, hacia el otro, se ve que grita algo, por los movimientos de la boca se nota que repite una palabra, una no, dos, así es realmente, como sabremos cuando alguien, al fin, logre abrir una puerta, Estoy ciego.
[…]
El ciego alzó las manos ante los ojos, las movió, Nada, es como si estuviera en medio de una niebla espesa, es como si hubiera caído en un mar de leche, Pero la ceguera no es así, dijo el otro, la ceguera dicen que es negra, Pues yo lo veo todo blanco,
[…]
Ya en ese momento sabemos que su ceguera, quien sabe si en un intento de regalarnos una metáfora que explique nuestra percepción del mundo, no es negra sino teñida de una luz blanquecina.
Y es desde este desencadenante, que hasta podría parecer trillado, que José Saramago construye una catedral narrativa que nos hablará de lo que habita dentro de cada uno de nosotros: instintos, bajezas, empatía, cooperación, lucha, odio, deseo, entrega, cobardía… Usará para ello un personaje, la mujer del doctor. Personaje que a pesar de conservar la vista se hace pasar por ciega para no abandonar a su marido a su suerte. Será desde sus ojos que veremos y sentiremos la angustia del espacio, la lucha por la supervivencia, los actos altruistas y la maldad. En un microcosmos tejido con sumo cuidado asistiremos a lo que hemos vivido los seres humanos desde que lo somos.
Debo apuntar, lo considero necesario, que la lectura de Saramago no es sencilla. Su estilo personalísimo a la hora de manejar la narración no está al alcance de todos (y lo digo porque ha habido quien así me lo ha reconocido). Pero también es verdad que vencido ese primer momento en el que el desarrollo continuo a base de comas y puntos no nos permite descansar un instante, nos sumergiremos en una historia que, todo y su regusto amargo, será difícil de olvidar.
Novela muy recomendable para entendernos un poco más y conocer hacia dónde vamos si nada cambia.
Más que ensayo sobre la ceguera, un ensayo sobre la moral. Excelente relato en donde la pérdida (en este caso de la vista), corroe el ser del hombre y lo lleva a sus límites más lóbregos.
Entre el caótico orden de Pedro Páramo, el plural mayestático de Corral (con este no hay dolo, es que no da más de si) y los diálogos sin puntuar de Saramago mis neuronas no pueden más.
¡Qué necesidad hay de que al lector le salgan llagas en los ojos!
¡Celebremos la originalidad lingüística!
Bravo... voy a tener que leer las memorias de la Pantoja en yugoslavo, solo para descansar.
Tal vez si escribo un libro al revés me llamen genio.
Vencido el reflujo estomacal de los diálogos amontonados y la bizquera producida por la orgía de puntos y seguidos (acabé leyendo en blanco), Ensayo sobre la ceguera es una monumental obra sobre lo que somos como especie.
Llevada al límite de la desesperanza, donde la única ley es la supervivencia, la doble ceguera de Saramago nos revela la gran realidad, el ser humano es el animal más cruel y menos noble de esta jungla llamada Tierra.
La narración del Nobel portugués (otorgado casi cuando el siglo perdía su número) es tan sencilla como perturbadora sin ahorrarnos ni un solo detalle, pero con la elegancia precisa en los nombres de las cosas, para crear angustia no es necesario ser vulgar y esto se agradece.
El efecto de que los personajes no tengan nombres, los acercan más a lector, podrían ser tus vecinos, tu médico, incluso tú.
Es imposible no relacionar la obra con la situación actual, donde nuestro yoísmo nos convierte en asesinos indirectos, de cuarto o quinto contagio...¿Quién sabe? El Covid también ha traído una ceguera más peligrosa, la nuestra es invisible y universal.
Excelente novela, otra de las que se quedan en mi retina... y ya van unas cuantas.
Mi biblioteca se llena de maravillas...¡bendito problema!
Obra que requiere una lectura de mente abierta y despierta, para evitar llegar a tales extremos, aunque quizá sea ya demasiado tarde.
Lo sé, la alegría de la huerta.
Mirad por donde andáis y sobre todo... ved.
Una lectura tremendamente profunda que nos lleva a la constante introspección y reflexión no solo sobre nuestra existencia, sino sobre la evolución de la sociedad misma.
Su lectura puede resultar extrañamente confusa para quienes no estén familiarizados con la forma de escribir del autor.
Yo lo catalogaría como una gran fábula, no solo por su extensión sino porque en muchos fragmentos del libro te hace detener, hacer un análisis introspectivo y luego continuar con la lectura.
Puede ser difícil su lectura si es la primera vez que se lee a Saramago, no por el lenguaje sino por la forma.
Lo he sufrido. No quiero pensar que en un caso semejante la gente se pudiera comportar así, no quiero. Gran novela distópica.
Impresionante novela distópica en la que se nos narra la condición humana en condiciones extremas. Empezar a leer y no poder parar. Uno de mis 5 o 10 libros favoritos.