Resumen y sinopsis de El sí de las niñas de Leandro Fernández de Moratín
Leandro Fernández de Moratín nació en Madrid en 1760 y murió en París en 1828. Hijo del también escritor Nicolás Fernández de Moratín, desde muy joven entró a formar parte del mundo literario, obteniendo varios premios de la Academia con sus poemas y sátiras. Amigo de Goya y de Silvela, obtuvo la protección de José Bonaparte, que le nombró bibliotecario de la Biblioteca Real. La guerra de la Independencia fue un duro golpe para el escritor, que tuvo que refugiarse en Francia. El sí de las niñas, comedia de crítica social, es considerada la obra maestra de Moratín. Doña Irene, viuda y madre de Paquita, concierta el matrimonio de su hija con don Diego, un rico solterón. La aparición de don Carlos, sobrino de don Diego, vendrá a frustrar los planes de la viuda. En La comedia nueva, obra anterior a El sí de las niñas y en la que se aprecia la influencia de Moliere, el escritor ataca los vicios del teatro de la época. Los personajes, Eleuterio, el escritor y el pedante don Hermógenes, son a su vez el fiel reflejo de algunos competidores de Moratín en el mundillo literario.
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La importancia está en la crítica a la educación femenina y su subordinación a los padres. Defiende la libertad de la mujer para escoger marido, aunque es otro hombre el que finalmente arregla todo. Es sencilla pero aporta lo justo.
¡Que Dios bendiga a Don Diego!
Comedia en tres actos, y con sólo siete personajes. Toda la acción se desarrolla en una única sala de paso entre habitaciones de una posada de Alcalá de Henares. Es una lectura amena y entretenida, ligera, muy breve, como corresponde a una obra que ha de representarse en un par de horas aproximadamente. Además, la he visto en dos representaciones distintas y llama la atención lo diferente que puede ser las puestas en escena, incluso las entonaciones y maneras de expresarse de los personajes. Todo ello, además, también muy distinto a como uno lo puede imaginar cuando lee la obra.
La historia es un tema cotidiano, desgraciadamente realista y hoy ya un clásico, el matrimonio de conveniencia por el que una joven casi una niña, es prometida por su madre a un hombre de más avanzada edad pero de buena posición social y bien dotado económicamente, mientras que ella realmente está enamorada de otro joven, en este caso, un soldado sin muchas posibilidades. Reflejos de una sociedad. Llama la atención que, aunque esta comedia se estrenó en 1806 con gran éxito, tras la guerra de la independencia, en 1815 con la restauración del rey Fernando VII, la Inquisición prohibió su representación durante más de veinte años.
Obre de teatro para pasar una tarde entretenida, pero no esperes más. Nos cuenta un enredo de amor entre una joven que es sacada del convento para casarse con un hombre rico y adulto que le triplica la edad, sin saber que ésta mantenía un idilio con otro joven a escondidas. Con moraleja incluida, es decir, cuidado con la educación restrictiva.
Es un clásico, así que no es apto para todos los públicos, si se lo das a un adolescente lo matas del aburrimiento, y si lo lees por gusto sin gustarte los clásicos, morirás del aburrimiento igualmente. A mí no me suelen gustar los clásicos porque me cuesta conectar con ellos, así que nunca los leo por gusto, pero de los muchos clásicos que me han encomendado leer en la carrera, este no me disgustó, aunque por voluntad propia no leería algo anterior al 1900.
Un libro muy entretenido y que, para ser del siglo XVIII, tiene una fácil y rápida lectura. Es muy corto y muy bueno para ver la regla de las tres unidades propia del teatro neoclásico. Bonita la historia de amor entre Francisca y Carlos.
Un libro cortito y muy entretenido de leer que refleja muy bien las costumbres de la época en relación a las mujeres.
Con el recuerdo de leerlo obligado en el instituto, no deja de ser con el tiempo, y volviéndola a leer, una agradable obra, que se lee muy rápido, y que nos habla de los hábitos de la época, en cuanto a concertar bodas para afianzar o subir posición social, y los reveses que puede conllevar.
Me lo mandaron leer en el colegio y me encantó. Es una obra de teatro muy cortita y amena. Una comedia para pasar el rato que critica las costumbres nupciales de la época con humor y sensatez.
Será por la época en que se escribió que resulta aburrida? o es que no supieron sacarle provecho a la trama. Es una historia típica que transcurre lenta y sin personajes fuertes, no hay empatía con el lector. Lamento no tener una crítica favorable a la mejor obra de este autor.