Resumen y sinopsis de ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio! de Harry Harrison
Un clásico de la ciencia ficción.
Lunes, 9 de agosto de 1999. El siglo está en sus postrimerías. Nueva York posee una población de 35 millones de seres humanos. Viven hacinados en las casas, en los cementerios de coches que en otro tiempo fueron aparcamientos, en los viejos barcos anclados a orillas del Hudson, en los depósitos militares cerrados hace tiempo... y algunos ni siquiera tienen un techo donde guarecerse y viven simplemente en las calles. El petróleo se ha agotado, los vegetales se están agotando, la carne es un artículo de súper lujo, la gente vive a base de galletas y sucedáneos extraídos del mar, el agua está racionada, y cualquier accidente puede romper este precario equilibrio.
Andrew Rusch es un policia cuyo trabajo es investigar los crímenes que se producen diariamente en Nueva York, pero también cargar contra las muchedumbres que simplemente piden comida y agua. Sin embargo, en ese miserable mundo, que puede ser el nuestro dentro de muy pocos años, en el que todo escasea excepto la necesidad, ni siquiera la policía tiene efectivos suficientes para llevar a cabo su trabajo.
Una buena novela de ficción especulativa que logra desplegar un ambiente creíble (penosamente factible) en donde se mueven unos personajes que simplemente hacen lo que pueden, día a día, para poder sobrevivir. No hay héroes, al menos no en el sentido tradicional. La historia es una pintura de una distopía posible y los protagonistas se mueven allí dentro, desamparados, sobrepasados continuamente por las condiciones del entorno.
Comencé a leer el libro sin esa "fe de lector", sin ese punto de vista favorable que todo libro necesita para poder ser apreciado; sin embargo, de a poco, el libro logró comprometerme con él. Buena lectura.
Desde un comienzo el lector siente el hacinamiento y la asfixiante atmósfera en la que se desenvuelven los personajes. Simplemente un clásico de las novelas de anticipación.
Un clásico de la ciencia ficción. Tal vez la mejor novela que se haya escrito con respecto a un futuro mundo superpoblado (hay un cuento excelente con la misma idea: "Bilenio", de Ballard). El lector siente la opresión del hacinamiento, de la falta de espacio. Si se añade que con ese fondo se describe la cotidianidad de unos pobres seres marginales -a quienes no se puede menos que tomar cariño- el resultado es altamente valorable.