Resumen y sinopsis de El vértigo de las listas de Umberto Eco
En la Ilíada aparecen dos modos de representación. El primero lo encontramos en la descripción que hace Homero del escudo de Aquiles: se trata de una forma completa y cerrada, en la que Vulcano representó todo lo que él sabía y nosotros sabemos acerca de una ciudad, su territorio, sus guerras y sus costumbres. El otro modo se manifiesta cuando el poeta es incapaz de decir cuántos y quiénes eran todos los guerreros aqueos; pide ayuda a las musas, pero ha de limitarse al llamado «catálogo de las naves», que concluye con un «etcétera». Este segundo modo de representación es la lista o elenco. Hay listas que tienen fines prácticos y son finitas, como la lista de todos los libros de una biblioteca; hay otras, en cambio, que pretenden sugerir grandezas innumerables y que nos transmiten el vértigo del infinito. Como muestra este libro y la antología que contiene, la historia de la literatura de todos los tiempos —de Hesíodo a Joyce, de Ezequiel a Gadda— es infinitamente rica en listas. A menudo son simples elencos escritos por el mero placer de la enumeración, la euforia del catálogo o incluso por el afán de reunir elementos entre los que no existe ninguna relación específica, como en las llamadas enumeraciones caóticas. Este libro pretende algo más que estudiar una forma literaria escasamente analizada; queire mostrar cómo las artes figurativas son capaces de sugerir elencos, incluso cuando la representación pictórica parece estar rigurosamente limitada por el marco. Así, El vértigo de las listas se convierte en un viaje hacia el infinito de la mano de uno de los intelectuales más apreciados de nuestro tiempo.
Las explicaciones de Umberto Eco son difíciles de seguir por momentos. No es fácilmente accesible. Sin embargo, es de agradecer un ensayo que reflexiones sobre los listados e intente clasificarlos, además de la recopilación de textos literarios para ejemplificar las explicaciones y la apabullante belleza de las obras pictóricas seleccionadas.